Queridos amigos, con emoción les compartimos las últimas palabras públicas del papa Benedicto XVI como Pontífice de la Iglesia. Ellas denotan su tradicional sencillez y humildad.
Queridos amigos soy feliz de estar con vosotros, rodeado por la belleza de la Creación y de vuestra simpatía, que me complace. Gracias por vuestra amistad y afecto. Vosotros sabéis, que el día de hoy es distinto al de otras veces precedentes. Ya no soy Sumo Pontífice de la Iglesia Católica (hasta las ocho aún lo seré, luego ya no). Soy simplemente un peregrino que inicia la última etapa de su peregrinación en esta tierra. Pero quisiera una vez más, con mi corazón, amor y oración, con mi reflexión, con todas mis fuerzas interiores trabajar por el bien común y el bien de la iglesia y de la humanidad. Me siento muy apoyado por vuestra simpatía. ¡Vayamos juntos hacia delante con el Señor para el bien de la Iglesia y del mundo! Os imparto con todo mi corazón mi bendición. Gracias y buenas noches.