EXTRACTO AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO 15 ENERO 2014
El Bautismo nos hace miembros de Cristo y de la comunidad
En la catequesis de hoy, continúo la reflexión sobre el bautismo. …El bautismo nos hace miembros del Cuerpo de Cristo, miembros del Pueblo de Dios. …El Bautismo nos introduce en el Pueblo de Dios, …un pueblo peregrinante en la historia.
…De generación en generación, a través del renacimiento de la fuente bautismal, se transmite la gracia, y con esta gracia el Pueblo cristiano camina en el tiempo, como un río que irriga la tierra y difunde en el mundo la bendición de Dios. …Desde aquel tiempo (cuando Jesús envía a sus apóstoles a bautizar) hasta hoy, hay una cadena en la transmisión de la fe por el Bautismo. Y cada uno de nosotros somos el anillo de esa cadena. …Transmitirla a los niños, para que ellos cuando sean adultos puedan transmitirla a sus hijos. Así es el Bautismo. …Porque el Bautismo nos hace entrar en este Pueblo de Dios que transmite la fe. …Un Pueblo de Dios que camina y transmite la fe.
En virtud del Bautismo nosotros nos transformamos en discípulos misioneros, llamados a llevar el Evangelio en el mundo (Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, 120). …El Pueblo de Dios es un Pueblo discípulo, porque recibe la fe, y misionero, porque transmite la fe. Y esto lo hace el Bautismo en nosotros. Nos hace recibir la gracia y la fe, y transmitir la fe. Todos en la Iglesia somos discípulos y lo somos siempre, por toda la vida; y todos somos misioneros, cada uno en el puesto que el Señor le ha asignado.
…“Recibiendo la fe y el bautismo, nosotros cristianos acogemos la acción del Espíritu Santo que conduce a confesar a Jesucristo como Hijo de Dios y a llamar a Dios “Abbá” (Padre). Todos los bautizados y las bautizadas estamos llamados a vivir y a transmitir la comunión con la Trinidad.
…Nadie se salva solo. Somos comunidad de creyentes, somos Pueblo de Dios, y en esta comunidad experimentamos la belleza de compartir la experiencia de un amor que nos precede a todos, pero que al mismo tiempo nos pide que seamos “canales” de la gracia los unos para los otros, no obstante nuestros límites y nuestros pecados. La dimensión comunitaria no es sólo un “marco”, un “contorno”, sino que es parte integrante de la vida cristiana, del testimonio y de la evangelización. La fe cristiana nace y vive en la Iglesia, y en el Bautismo las familias y las parroquias celebran la incorporación de un nuevo miembro a Cristo y a su cuerpo, que es la Iglesia, al Pueblo de Dios (cf. ibid., n. 175 b).
…La historia de la comunidad cristiana en Japón. …Sufrió una dura persecución a los inicios del siglo XVII. Hubieron numerosos mártires, los miembros del clero fueron expulsados y millares de fieles fueron asesinados. No ha quedado en Japón ningún cura. …cuando nacía un niño, el papá o la mamá lo bautizaba. …Cuando …doscientos cincuenta años después, los misioneros volvieron a Japón, millares de cristianos salieron a la luz y la Iglesia pudo reflorecer. ¡Habían sobrevivido con la gracia de su Bautismo! …El Pueblo de Dios transmite la fe, bautiza a sus hijos y va adelante. …Aunque en secreto, un fuerte espíritu comunitario, porque el Bautismo los había hecho transformar en un sólo cuerpo en Cristo: estaban aislados y escondidos, pero eran siempre miembros del Pueblo de Dios, miembros de la Iglesia.