A menudo, frente al mal se tiene la sensación de no poder hacer nada
El Santo Padre , el día de ayer, en su catequesis semanal habló nuevamente sobre la oración enseñándonos la importancia que esta tiene para nuestra vida. Acá les compartimos un breve extracto:
“todas nuestras oraciones – con todas las limitaciones, la pobreza, la fatiga, la sequedad, las imperfecciones que puedan tener – son purificadas y alcanzan el corazón de Dios. Debemos estar seguros, que no hay oraciones superfluas, inútiles; ninguna se pierde. Y éstas encuentran respuesta, aunque a veces misteriosa, porque Dios es Amor y Misericordia infinita. (…) Dios no es indiferente a nuestras súplicas, interviene y hace sentir su poder y su voz en la tierra, hace temblar y altera el sistema del Maligno. A menudo, frente al mal se tiene la sensación de no poder hacer nada, pero es precisamente nuestra oración la respuesta primera y más efectiva que podemos dar y que hace más fuerte nuestro compromiso diario en la difusión del bien. El poder de Dios hace fecunda nuestra debilidad (cf. Rom 8:26-27).