Oración del viernes
SOLEMNIDAD DE SAN PEDRO Y SAN PABLO APÓSTOLES
“Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”
+ En el nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.
Oración Inicial
Buen Jesús, yo creo que Tú eres el Señor de la vida. Yo creo que Tú has venido a reconciliar todas mis rupturas y que me amas hasta el extremo. Te pido que, me ayudes a que mi humilde corazón se asemeje un poco más al tuyo, y que escuchando tu Palabra, pueda amar tanto, como Tú mismo nos has amado.
Acto penitencial
– (Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día).
Te pido perdón Señor por todos mis pecados. Son tantas las veces que he fallado contra Ti que me da vergüenza mirar tu rostro. Veo tu Corazón traspasado, y sé que han sido mis propios pecados los que te han llevado a la muerte en la Cruz. Pero también sé, que Tú has querido beber ese Caliz, para reconciliarme y para obtenerme la felicidad eterna. Ayúdame Señor a no pecar más contra Ti, y también a amarte con todas mis fuerzas y con todo mi corazón.
Lectura Bíblica según el Evangelio del día:“Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” (San Mateo 16,13-19)
Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: “¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?”. Ellos le respondieron: “Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas”. “Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?”. Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Y Jesús le dijo: “Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo. Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo”.
Lectura Espiritual breve
–(Lee este texto de Isaac de la estrella, monje cisterciense que te ayudará a profundizar el sentido del Evangelio).
“Son hombres de misericordia, cuyos beneficios no caen en el olvido; los bienes que dejaron a su posteridad subsisten siempre” (liturgia latina; si 44,10-11). Celebramos, bien amados, el día del nacimiento de los apóstoles Pedro y Pablo; y conviene… que su muerte sea llamada igualmente nacimiento, ya que engendra a la vida… He aquí lo que alcanzan los santos: por esta muerte que da vida, dejan esta vida que conduce a la muerte, para alcanzar esta vida vivificante que está en manos de Aquel mismo que “tiene la vida”, el Padre, como lo dice Cristo (Jn 5,26)…
Hay tres tipos de hombres misericodiosos. Los primeros dan sus bienes… con vistas a suplir con lo que les sobra la penuria de otros… Los segundos distribuyen todos sus bienes, y para ellos de ahora en adelante… todo lo tienen en común con el otro… En cuanto a los terceros, no sólo lo dan todo, sino que “se dan ellos mismos por entero” (2Co 12,15) y se entregan en persona a los peligros de la prisión, al exilio y a la muerte, para alejar a otros del peligro en el que se encuentran sus almas. Ellos mismos son pródigos, porque están ávidos de los otros. Recibirán la recompensa de este amor “porque no existe amor más grande que dar su vida por aquellos a los que se ama” (Jn 15,13)…
Tales son estos gloriosos príncipes de la tierra y servidores del cielo donde hoy – después de largas privaciones “el hambre y la sed, el frío y la desnudez”, de duras fatigassy peligros “de sus compatriotas, paganos y hermanos falsos” (2Co 11,26-27) – celebramos su muerte victoriosa. A tales hombres se aplica bien esta frase: “sus obras no caen en el olvido”, porque no olvidaron la misericordia… Sí, a los misericodiosos “la suerte que les espera es espléndida, su herencia magnífica” (Sal.15, 6).
Breve meditación personal
– Haz silencio en tu interior y pregúntate:
1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?
2.- ¿Cómo ilumina mi vida?
3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Él?
4.- ¿Qué me falta para ser más como Él?
Acción de gracias y peticiones personales
Gracias Señor por tu inmenso amor. Gracias por el inmenso don que nos concedes con tu Santa Iglesia, y con los pastores que nos guían. En este día te pido especialmente por el Santo Padre y por todos los pastores de la Iglesia, y te pido que me ayudes a ser yo también un apostol según mis capacidades y posibilidades.
Amén
– (Si quieres, puedes hacer pedirle al Señor por tus intenciones).
– Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria...
Consagración a María
– Termina esta oración rezándole a María.
Madre del Amor Misericordioso,
bien sabes que tu Hijo,
desde lo alto de la Cruz,
señaló el camino de la piadosa filiación
como aquel que deberíamos recorrer.
Te imploro me obtengas la gracia
de acercarme a tu Inmaculado Corazón,
desde mi propio corazón,
para aprender a amarte
y a honrarte
con el amor
que el Señor Jesús te tiene.
Cuida que este hijo tuyo
ingrese así
en el proceso de amorización
y vea algún día cumplida
la gran esperanza
de verse conformado
con el Salvador.
Amén.
+ En el nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.