+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Buen Jesús, puesto en tu presencia te pido que me ayudes a disponer mi mente y mi corazón para acoger tu Palabra y hacerla vida en mí.
Acto penitencial
– (Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día).
Te pido perdón Señor porque sé que Tú me has amado hasta el extremo, pero aún así muchas veces desconfío de ti. Descubro que mi fe es débil y por eso me desvío del camino. Pero tengo la certeza que siempre me perdonas, porque tu misericordia es infinita. Ayúdame a ponerme de pie cada vez que tropiece.
Lectura Bíblica según el Evangelio del día: “Hoy comienza el misterio de la Pasión” San Mateo 2,13-15.19-23
Después de la partida de los magos, el Angel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”.
José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto.
Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del Profeta: Desde Egipto llamé a mi hijo.
Cuando murió Herodes, el Angel del Señor se apareció en sueños a José, que estaba en Egipto,
y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre, y regresa a la tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del niño”.
José se levantó, tomó al niño y a su madre, y entró en la tierra de Israel.
Pero al saber que Arquelao reinaba en Judea, en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí y, advertido en sueños, se retiró a la región de Galilea,
donde se estableció en una ciudad llamada Nazaret. Así se cumplió lo que había sido anunciado por los profetas: Será llamado Nazareno.
Lectura espiritual breve
San Gregorio de Nisa nos dice lo siguiente:
“Al enterarse el rey Herodes del nuevo nacimiento del Salvador, se sobresaltó, y todo Jerusalén con él” (Mt 2,2)… Es el misterio de la Pasión del cual la mirra de los magos era figura; se hace matar sin piedad a los recién nacidos… ¿Qué significa la muerte de estos niños? ¿Por qué atreverse a un crimen tan horrible? “Es que, dicen Herodes y sus consejeros, ha aparecido en el cielo un signo extraño; que, aseguran los magos, significa la venida de otro rey”. ¿Comprendes tú lo que son estos signos precursores?… Si Jesús es Señor de los astros, no queda a salvo de tus ataques? Tú crees tener el poder de hacer vivir o morir, pero no tienes nada que temer de alguien tan dulce. Dios lo somete a tu poder; ¿por qué conspirar contra él?… Pero dejemos allá el duelo, “el llanto amargo de Raquel que llora a sus hijos” porque hoy el Sol de justicia (Mal 3,20) disipa las tinieblas del mal y hace brillar su luz sobre toda la naturaleza, el que asume nuestra naturaleza humana… En esta fiesta de la Natividad “las puertas de la muerte se han destrozado, se han roto las barras de hierro” (Sal 107,16); hoy “se abren las puertas de la justicia” (Sal 118,19)… Porque por un hombre, Adán, vino la muerte; hoy por un hombre viene la salvación (Rm 5,18)… Después del árbol del pecado se levanta el árbol de la bondad, la cruz… Hoy comienza el misterio de la Pasión.
Breve meditación personal
– (Haz silencio en tu interior y pregúntate:)
1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?
2.- ¿Cómo ilumina mi vida?
3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?
4.-¿Qué me falta para ser más como Él?
Acción de gracias y peticiones personales
Gracias Jesús por esta oración. Es difícil constatar los contrastes entre la alegría de tu nacimiento, y los dolores de nuestros actos humanos que muchas veces contradicen de tu amor. Ayúdame a ser coherente con mi vida, para que siempre sea un testigo de tu alegría ante el mundo que gime con dolores como de parto.
Amén.
– (Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones).
– Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Consagración a María
– Encomendémonos a nuestra Madre rezando:
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra.
Dios te salve.
A Tí clamamos los desterrados hijos de Eva,
a Tí suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora Abogada Nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.