Oración del jueves
“¡Vayan! Yo los envío“
Fiesta de San Lucas Evangelista
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor Jesús, reconozco tu presencia en mi vida y te pido me acompañes particularmente en este momento de oración. Dame la luz de tu Espíritu para aprender a discernir tu plan de amor, y la fortaleza para seguirlo día a día.
Acto penitencial
– (Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día).
Si es que me he alejado del buen camino, Tú me invitas a volver con humildad a Ti. Ayúdame, Señor mío, a vivir siempre contigo y a responder con generosidad a aquello que me propones para ser feliz y santo.
Lectura bíblica según el Evangelio del día: “¡Vayan! Yo los envío” (San Lucas 10,1-9).
Después de esto, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir. Y les dijo: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha. ¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Al entrar en una casa, digan primero: ‘¡Que descienda la paz sobre esta casa!’. Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes. Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa. En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; curen a sus enfermos y digan a la gente: ‘El Reino de Dios está cerca de ustedes’”.
Lectura espiritual breve
Estas reflexiones del Papa Benedicto XVI te ayudan a meditar en el Evangelio:
«Estas palabras del Evangelio de la misa de hoy nos tocan especialmente de cerca en esta hora. Es la hora de la misión: queridos amigos, el Señor os envía a vosotros a su mies. Debéis cooperar en la tarea de la que habla el profeta Isaías en la primera lectura: “El Señor me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres, para curar los corazones desgarrados” (Is 61, 1). Este es el trabajo para la mies en el campo de Dios, en el campo de la historia humana: llevar a los hombres la luz de la verdad, liberarlos de la pobreza de verdad, que es la verdadera tristeza y la verdadera pobreza del hombre. Llevarles la buena noticia que no es sólo palabra, sino también acontecimiento: Dios, Él mismo, ha venido a nosotros. Nos toma de la mano, nos lleva hacia lo alto, hacia sí mismo, y así cura el corazón desgarrado. Damos gracias al Señor porque manda obreros a la mies de la historia del mundo».
Breve meditación personal
– (Haz silencio en tu interior y pregúntate:)
1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?
2.- ¿Cómo ilumina mi vida?
3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?
4.- ¿Qué me falta para ser más como Él?
Acción de gracias y peticiones personales
Gracias, Amigo bueno, por renovarme en la conciencia de que me has enviado a mis hermanos para llevarles la luz de tu Verdad. ¡Cuántas veces me experimento limitado y tal vez sin las capacidades para hacerlo! Sin embargo, sé que Tú estás conmigo, que Tú eres el Señor y me ayudas y fortaleces siempre. Te ofrezco poner más de mi parte para ser testigo de tu presencia, especialmente con todos aquellos que son más cercanos a mí.
– (Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones).
– Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Consagración a María
– Pide la intercesión de María rezando esta oración:
Hay tanto que hacer
y cada quien
tiene su propia tarea
en la gesta
de nuestro tiempo.
Madre Santísima,
intercede para que
yo reciba la fuerza
y el aliciente
para cooperar con la gran tarea
de cambiar este mundo nuestro
poniendo mi grano de arena,
que bien podría
hacer la diferencia. Amén.
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.