Oración del viernes
“Esto os mando: que os améis unos a otros”
+ En el nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.
Oración Inicial
Señor, sólo Tú sabes cuanto busco amigos de verdad y sabes que necesito alguien en quien confiar. Por eso te doy gracias por tu amistad. Yo sé que quieres que sea cada vez más tu amigo y que me acerque cada vez más a Ti, para que viva más en Ti. Ayúdame en esta oración a poder conocerte mejor, a poder entenderte mejor, a poder amarte mejor.
Acto penitencial
– (Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día).
Te pido Señor perdón por mis pecados y por mis omisiones. Estoy realmente arrepentido. Quiero acercarme a ti y responder a tu amistad. Por eso te prometo no volver a cometerlos. Gracias Señor por tu perdón, pues sé que como mi amigo siempre estas dispuesto a acogerme y perdonarme. Gracias Señor tu amistad y dar la vida por mí.
Lectura Bíblica según el Evangelio del día:“Esto os mando: que os améis unos a otrosa” (San Juan 15,12-17)
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros.”
Lectura Espiritual breve
–(Lee este texto del beato Papa Juan Pablo II que te ayudará a profundizar el sentido del Evangelio).
Cristo nos ha dicho que “nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando…A ustedes les he llamado amigos” (Jn 15, 13-15). El les ofrece su amistad. Dio su vida para que los que deseen responder a su llamado sean, en efecto, sus amigos. Se trata de una amistad profunda, sincera, leal, radical, como debe ser la verdadera amistad. Esta es la forma propia de relacionarse con los jóvenes, ya que sin amistad la juventud se empobrece y debilita. La amistad se cultiva con el propio sacrificio para servir y amar de verdad a los amigos. Así pues, sin sacrificio no hay amistad sincera, juventud sana, país con futuro, religión auténtica. Por eso, ¡escuchen la voz de Cristo! En su vida está pasando Cristo y dice: “Síganme”. No se cierren a su amor. No pasen de largo. Acojan su palabra. Cada uno ha recibido de él un llamado. El conoce el nombre de cada uno. Déjense guiar por Cristo en la búsqueda de lo que les puede ayudar a realizarse plenamente. Abran las puertas de su corazón y de su existencia a Jesús, “el verdadero héroe, humilde y sabio, el profeta de la verdad y del amor, el compañero y el amigo de la juventud” (Mensaje del Concilio Vaticano II a los jóvenes).
(Juan Pablo II , A los jóvenes cubanos.).
Breve meditación personal
– Haz silencio en tu interior y pregúntate:
1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?
2.- ¿Cómo ilumina mi vida?
3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Él?
4.- ¿Qué me falta para ser más como Él?
Acción de gracias y peticiones personales
Gracias Jesús por esta oración. Gracias por estar conmigo y por ser mi amigo. Quiero desde ahora esforzarme por cumplir tu Plan para vivir cada día más cerca de Ti y, forjar así, una amistad verdadera contigo y con todas las personas que me rodean y estoy llamado a amar. Amén.
– (Si quieres, puedes hacer pedirle al Señor por tus intenciones).
– Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria...
Consagración a María
– Termina esta oración rezándole a María.
Madre del Amor Misericordioso,
bien sabes que tu Hijo,
desde lo alto de la Cruz,
señaló el camino de la piadosa filiación
como aquel que deberíamos recorrer.
Te imploro me obtengas la gracia
de acercarme a tu Inmaculado Corazón,
desde mi propio corazón,
para aprender a amarte
y a honrarte
con el amor
que el Señor Jesús te tiene.
Cuida que este hijo tuyo
ingrese así
en el proceso de amorización
y vea algún día cumplida
la gran esperanza
de verse conformado
con el Salvador.
Amén.
+ En el nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.