+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Jesús, en Ti confío. Me pongo en tus manos en este momento de oración. Enséñame, Señor, a creer en Ti en todo momento. Hasta en la duda y en las tribulaciones: creer en Ti. Y enséñame, Señor, a saber colaborar en tu misión de dar el alimento verdadero a todos los hombres y mujeres.
Acto penitencial
– (Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día).
“Creo, Señor, pero acrecienta mi fe”. Reconozco mi fragilidad y te pido que me ayudes a confiar más en Ti y a saber alimentarme de tu Palabra. No quiero, Señor, contentarme con sucedáneos. Quiero que me des el único alimento realmente capaz de saciar mi hambre de Dios.
Lectura Bíblica: «Todo está cumplido» (San Juan 19,25-42)
“Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Clopás, y María Magdalena. 26.Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.» 27.Luego dice al discípulo: «Ahí tienes a tu madre.» Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa. 28.Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dice: «Tengo sed.» 29.Había allí una vasija llena de vinagre. Sujetaron a una rama de hisopo una esponja empapada en vinagre y se la acercaron a la boca. 30.Cuando tomó Jesús el vinagre, dijo: «Todo está cumplido.» E inclinando la cabeza entregó el espíritu. 31.Los judíos, como era el día de la Preparación, para que no quedasen los cuerpos en la cruz el sábado – porque aquel sábado era muy solemne – rogaron a Pilato que les quebraran las piernas y los retiraran. 32.Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas del primero y del otro crucificado con él. 33.Pero al llegar a Jesús, como lo vieron ya muerto, no le quebraron las piernas, 34.sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua. 35.El que lo vio lo atestigua y su testimonio es válido, y él sabe que dice la verdad, para que también vosotros creáis. 36.Y todo esto sucedió para que se cumpliera la Escritura: No se le quebrará hueso alguno. 37.Y también otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron. 38.Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo a los judíos, pidió a Pilato autorización para retirar el cuerpo de Jesús. Pilato se lo concedió. Fueron, pues, y retiraron su cuerpo. 39.Fue también Nicodemo – aquel que anteriormente había ido a verle de noche – con una mezcla de mirra y áloe de unas cien libras. 40.Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en vendas con los aromas, conforme a la costumbre judía de sepultar. 41.En el lugar donde había sido crucificado había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el que nadie todavía había sido depositado. 42.Allí, pues, porque era el día de la Preparación de los judíos y el sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús.”
Lectura espiritual breve
De una antigua homilía sobre el sábado santo:
Hoy hay un gran silencio en la tierra. Un gran silencio y soledad. Un gran silencio porque el Rey duerme. La tierra se ha estremecido y se ha quedado inmóvil porque Dios se ha dormido en la carne y ha resucitado a los que dormían desde hace siglos. Dios ha muerto en la carne y ha despertado a los del abismo.
Breve meditación personal
– (Haz silencio en tu interior y pregúntate:)
1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?
2.- ¿Cómo ilumina mi vida?
3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?
4.- ¿Qué me falta para ser más como Él?
Acción de gracias y peticiones personales
Gracias, Señor, porque me amas que te has entregado por mí y te das en alimento en la Eucaristía. Tengo fe en Ti, sé que eres mi Buen Pastor. Ayúdame cada día ser un mejor cristiano que.
Amén
– (Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones).
– Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Consagración a María
– Pidámosle a María que nos acompañe siempre:
Salve, Reina de los Cielos
y Señora de los ángeles;
salve raíz, salve puerta,
que dio paso a nuestra luz.
Alégrate, Virgen gloriosa,
entre todas la más bella;
salve, agraciada doncella,
ruega a Cristo por nosotros.
Que con el auxilio de tan dulce intercesora,
seamos siempre fieles en el terreno caminar.
Amén
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.