+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor Jesús, ayúdame a reconocer en esta oración que sólo Tú eres la respuesta a todas mis inquietudes, a los deseos más profundos de mi corazón. Que en tu Palabra encuentra el agua fresca que sacie la sed de mi interior.
Acto penitencial
– (Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día).
Buen Jesús, te pido perdón por los momentos en los que tu camino me ha parecido duro, he desconfiado de Ti y me he alejado. Permíteme permanecer siempre a tu lado, reconociendo que eres el único camino de vida plena.
Lectura Bíblica según el Evangelio del día: “Señor, ¿a quien iremos? Tú tienes palabras de vida eterna” (Jn 6, 60-69)
Muchos de sus discípulos, al oírle, dijeron: «Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?» Pero sabiendo Jesús en su interior que sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: «¿Esto os escandaliza? ¿Y cuando veáis al Hijo del hombre subir adonde estaba antes?… «El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida. «Pero hay entre vosotros algunos que no creen.» Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar. Y decía: «Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí si no se lo concede el Padre.» Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con él. Jesús dijo entonces a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?» Le respondió Simón Pedro: «Señor, ¿donde quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.»
Lectura espiritual breve
Meditemos el comentario del Padre Sebastián Correa:
Es común que busquemos en Dios un dios a nuestra medida. Quisiéramos que Dios nos concediera tal o cual cosa, o que nos hiciera experimentar la fe de una manera determinada. Pero el Señor no se acomoda a lo que cada uno de nosotros esperaría de Él, sino por el contrario, Él nos muestra un camino de Vida y nosotros somos los que debemos seguirlo. Cuántas veces sucede que nos vemos decepcionados de Dios por que no nos cumplió lo que esperábamos. Cuántas veces nos enojamos con Él porque el camino de la vida cristiana parece ser muy duro y difícil. Pero es en esos momentos donde debemos tener la humildad de Pedro y decirle: “Señor, ¿a qué iremos? Solo Tú tienes palabras de Vida eterna”. Para vivir coherentemente la vida cristiana tenemos que hacer una profunda opción de fe en creerle a Jesucristo que sus Palabras realmente son lo que darán sentido a nuestras existencias. Es cierto que a veces pasaremos por dificultades y momentos de tribulación. Pero Él nos ha prometido la Vida eterna y eso hace que valga la pena cargar la Cruz con amor por toda la vida.
Breve meditación personal
– (Haz silencio en tu interior y pregúntate:)
1.- ¿Qué expectativas tengo de Dios?
2.- ¿Espero que Dios me cumpla todo lo que deseo? ¿O busco yo seguir todo lo que Dios me pide o me enseña?
3.- ¿Cómo vivir mis cruces cotidianas con la esperanza de la Vida eterna?
Acción de gracias y peticiones personales
Te agradezco Señor pues me muestras que sólo Tú tienes Palabras de vida eterna. Ayúdame a que como Pedro pueda siempre profesar con firmeza mi fe en Ti y permanecer a tu lado.
Amén
– (Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones).
– Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Consagración a María
– Pidámosle a María que nos acompañe siempre:
Santa María,
Madre del Señor Jesús y nuestra,
obténnos la presencia vivificante
del Espíritu,
y la gracia de andar siempre
por los caminos de Dios.
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.