Oración del sábado
“Pidan y recibirán, y tendrán una alegría que será perfecta.”
+ En el nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.
Oración Inicial
Amigo Jesús, Tú que con el Padre están unidos en el amor. Ayúdame disponerme a este momento de oración para que, escuchando tu voz, pueda unirme a tu Corazón y permanecer así en tu amor.
Acto penitencial
– (Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día).
Señor Dios Todopoderoso, Tú conoces mi interior. Sabes cuanto te amo y sabes también cuanto te he fallado. Por eso ahora te pido perdón por todas mis faltas, pecados y omisiones. Me arrepiento de haberte crucificado una vez más con mis pecados. Ayúdame a luchar por no pecar más y así serte fiel por toda la vida.
Lectura Bíblica según el Evangelio del día:“Pidan y recibirán, y tendrán una alegría que será perfecta.” (Juan 16,23b-28)
Aquél día no me harán más preguntas. Les aseguro que todo lo que pidan al Padre, él se lo concederá en mi Nombre. Hasta ahora, no han pedido nada en mi Nombre. Pidan y recibirán, y tendrán una alegría que será perfecta. Les he dicho todo esto por medio de parábolas. Llega la hora en que ya no les hablaré por medio de parábolas, sino que les hablaré claramente del Padre. Aquel día ustedes pedirán en mi Nombre; y no será necesario que yo ruegue al Padre por ustedes, ya que él mismo los ama, porque ustedes me aman y han creído que yo vengo de Dios. Salí del Padre y vine al mundo. Ahora dejo el mundo y voy al Padre”.
Lectura Espiritual breve
– (Lee este texto San Juan María Vianney que te ayudará a profundizar el sentido del Evangelio).
Mirad, hijos míos, el tesoro de un cristiano no está en este mundo sino en el cielo.(Mt 6,20) Así pues, nuestro pensamiento tiene que encaminarse hacia donde está nuestro tesoro. La persona humana tiene una tarea muy bella, la de orar y la de amar. Vosotros oráis, vosotros amáis: he aquí la felicidad de la persona en este mundo.
La oración no es otra cosa que la unión con Dios. Cuando el corazón es puro y está unido a Dios, uno percibe en su interior un bálsamo, una dulzura que embriaga, una luz que deslumbra. En esta íntima unión Dios y el alma son como dos trozos de cirio fundidos en uno; ya no se pueden separar. ¡Qué hermosa es esta unión de Dios con su pequeña criatura! Es una felicidad que sobrepasa toda comprensión. Habíamos merecido no saber orar; pero Dios, en su bondad, nos permite hablarle. Nuestra oración es incienso que él recibe con infinita benevolencia. Hijos míos, tenéis un corazón pequeño, pero la oración lo ensancha y lo capacita para amar a Dios. La oración es una pregustación del cielo, un derivado del paraíso. Nunca nos deja sin dulzura. Es como la miel que desciende al alma y lo suaviza todo. Las penas se deshacen en la oración bien hecha, como la nieve bajo el sol.
Breve meditación personal
– (Haz silencio en tu interior y pregúntate:)
1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?
2.- ¿Cómo ilumina mi vida?
3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?
4.-¿Qué me falta para ser más como Él?
Acción de gracias y peticiones personales
Señor Jesus, te doy gracias por esta oración en que pude conocerte mejor profundizando en tu Palabra. Te pido que me concedas la gracia de hacer una opción más radical por Ti. También te pido que me enseñes a pedir con confianza y fe por mis necesidades, sabiendo que siempre me escuchas y quieres lo mejor para mí.
Amén
– (Si quieres, puedes hacer pedirle al Señor por tus intenciones.)
– Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria...
Consagración a María
– Termina esta oración rezándole a María.
Hay tanto que hacer
y cada quien
tiene su propia tarea
en la gesta
de nuestro tiempo.
Madre Santísima,
intercede para que
yo reciba la fuerza
y el aliciente
para cooperar
con la gran tarea
de cambiar este mundo nuestro
poniendo
mi grano de arena,
que bien podría
hacer la diferencia.
Amén.
+ En el nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.