+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor Jesús, te doy gracias por este momento de oración. Yo sé que Tú me amas, y quieres que yo te conozca cada vez más. Te pido que me ayudes a escuchar tu Palabra y descubriéndote en Ella, pueda seguirte cada día con más ardor y fidelidad.
Acto penitencial
– (Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día).
Jesús, perdóname por todas las veces en las que te he rechazado; en las cosas pequeñas y en las grandes; en mis pensamientos, mis palabras o mis acciones. Gracias por tu amor infinito. Gracias porque no ves mi pecado, sino mi corazón arrepentido. Gracias Señor por ser tan bueno conmigo.
Lectura Bíblica según el Evangelio del día: “No son del mundo, sino que yo los he escogido sacándolos del mundo” (San Juan 15,18-21)
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Si el mundo los odia, sepan que me ha odiado a mí antes que a ustedes. Si fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya, pero como no son del mundo, sino que yo los he escogido sacándolos del mundo, por eso el mundo los odia. Recordad lo que les dije: “No es el siervo más que su amo. Si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la suya.” Y todo eso lo harán con ustedes a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió.”
Lectura espiritual breve
Lee este texto del Padre Sebastián Correa:
Jesús nos advierte que si nos comprometemos con Él y con su misión tendremos tribulación. En un mundo que muchas veces se opone al Evangelio y a la vivencia auténtica del amor, el anuncio nos convierte realmente en signos de contradicción. Esto no debe asustarnos, pues la tribulación siempre es temporal (tiene un inicio y un término), en cambio la felicidad de haberse encontrado con Cristo y de anunciarlo no tendrá fin. Si Cristo sufrió por nosotros, ¿no es lógico que nosotros debamos sufrir un poquito por Él? A veces en nuestra vida cotidiana las personas más cercanas nos hacen sentir mal por seguir a Cristo, y de algún modo, pareciera que quisieran alejarnos de Él. Es por ello que tenemos que tener una relación muy firme con Cristo, pues sólo en Él y con su fuerza es que podremos perseverar. Esta perseverancia debe siempre ir acompañada de la vivencia de la caridad, pues cuando encontremos oposición es cuando debemos vivir más radicalmente el Evangelio de la Misericordia.
Breve meditación personal
– (Haz silencio en tu interior y pregúntate:)
1.- ¿Qué oposiciones descubro en mi vida al Evangelio?
2.- ¿Estoy unido(a) a Cristo para perseverar en mi vida cristiana a pesar de las dificultades que pueda encontrar?
3.- ¿Cómo busco vivir la caridad y la misericordia con aquellos que me “persiguen” por ser cristiano(a)?
Acción de gracias y peticiones personales
Gracias Jesús por confortarme y mostrarme la cruz como un camino de configuración contigo. Te pido fortaleza para saber hacer frente a las tribulaciones y persecuciones y valentía para anunciarte siempre con el testimonio de mi vida centrada en Ti.
Amén.
– (Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones).
– Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Consagración a María
– Pidámosle a María que nos acompañe siempre:
Salve, Reina de los Cielos
y Señora de los ángeles;
salve raíz, salve puerta,
que dio paso a nuestra luz.
Alégrate, Virgen gloriosa,
entre todas la más bella;
salve, agraciada doncella,
ruega a Cristo por nosotros.
Que con el auxilio de tan dulce intercesora,
seamos siempre fieles en el terreno caminar.
Amén
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.