Oración del sábado: “No sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo”

Oración del sábado

“No sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo”

+  En el nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.

Oración Inicial

Señor Jesús, te doy gracias por tener este momento de oración. Yo sé que Tú me quieres, y quieres que yo te conozca cada vez más. Te pido que me ayudes a escuchar tu Palabra y descubriéndote en Ella, pueda seguirte cada día con más ardor, y cada vez más fielmente.

Acto penitencial

– (Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día).

Jesús, perdóname por todas las veces que te he rechazado; en las cosas pequeñas y en las grandes; en lo explícito y en lo implícito; en mis pensamientos, mis palabras o mis acciones. Gracias por tu amor infinito. Gracias por que no ves mi pecado, sino mi corazón arrepentido. Gracias Señor por ser tan bueno conmigo.

Lectura Bíblica según el Evangelio del día:No sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo” (Juan 15,18-21)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia. Recordad lo que os dije: “No es el siervo más que su amo. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.” Y todo eso lo harán con vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió.”

Lectura Espiritual breve

– (Lee este texto San Agustín que te ayudará a profundizar el sentido del Evangelio).

Todos los fieles y buenos cristianos, pero sobre todo los mártires gloriosos, pueden decir: «Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?» (Rm 8,31). Era contra ellos que se amotinaban las naciones, los pueblos planeaban un fracaso y los príncipes conspiraban (Sl 2,1); se inventaban nuevos tormentos e imaginaban increíbles suplicios contra ellos. Se les llenaba de oprobios y acusaciones mentirosas, se les encerraba en calabozos insoportables, labraban sus carnes con uñas de hierro, se les mataba a golpes de espada, eran expuestos a las bestias, se les quemaba vivos, y estos mártires exclamaban: «Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?» El mundo entero está contra vosotros y aún decís: «¿Quién estará contra nosotros?» Pero los mártires nos responden: «¿Qué es para nosotros este mundo entero siendo así que morimos por aquél por quien el mundo ha sido hecho?» Que lo digan, pues, y lo repitan los mártires y nosotros escuchemos y digamos con ellos: «Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?» Pueden desencadenar su furia contra nosotros, pueden injuriarnos, acusarnos injustamente, colmarnos de calumnias; pueden no sólo matar sino incluso torturar. ¿Qué harán los mártires? Repetirán: «Dios es mi auxilio, el Señor sostiene mi vida» (Sl 53,6)… Entonces, si el Señor sostiene mi vida, ¿qué daño puede hacerme el mundo ?… Es él quien recuperará mi cuerpo… «Todos mis cabellos están contados» (Lc 12,7)… Digamos, pues, con fe, con esperanza, con un corazón ardiendo de caridad: «Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?»  (San Agustín)

Breve meditación personal

– (Haz silencio en tu interior y pregúntate:)
1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?
2.- ¿Cómo ilumina mi vida?
3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?
4.-¿Qué me falta para ser más como Él?

Acción de gracias y peticiones personales

Gracias Jesús por ayudarme a conocerte a Ti y al Padre cada día más. Gracias por mostrarme como tu Padre, es también mi Padre y escucha mis suplicas. Te pido que me ayudes a responder con generosidad a su amor infinito, amando a mi prójimo, así como Tú y Él me han amado. Gracias Jesús.

Amén

– (Si quieres, puedes hacer pedirle al Señor por tus intenciones.)

– Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria...

Consagración a María

–  Termina esta oración rezándole a María.

Hay tanto que hacer
y cada quien
tiene su propia tarea
en la gesta
de nuestro tiempo.
Madre Santísima,
intercede para que
yo reciba la fuerza
y el aliciente
para cooperar
con la gran tarea
de cambiar este mundo nuestro
poniendo
mi grano de arena,
que bien podría
hacer la diferencia.
Amén.

+  En el nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.

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