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Oración del sábado: “Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar, y lo siguió mucha gente de Galilea”

Oración del sábado

“Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar, y lo siguió mucha gente de Galilea”

Santos Timoteo y Tito, compañeros de San Pablo

Timoteo y Tito

+  En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Jesús, Tú te hiciste uno de nosotros y te manifestaste de muchas maneras. Ayúdame a reconocerte en esta oración de modo que escuchando y siguiendo tus palabras, pueda amarte cada días más.

Acto penitencial

– (Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día).

Buen Señor, Tú has venido al mundo para salvarnos del pecado mostrándonos el camino a la felicidad auténtica. Pero yo muchas veces me alejo de Ti. Te pido con un corazón arrepentido que perdones todas mis faltas y pecados y me ayudes a ser un hijo fiel del Padre.

Lectura bíblica según el Evangelio del día: “El Reino de Dios está cerca de ustedes” (San Lucas 10,1-9).

Después de esto, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir. Y les dijo: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha. ¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Al entrar en una casa, digan primero: ‘¡Que descienda la paz sobre esta casa!’. Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes. Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa. En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; curen a sus enfermos y digan a la gente: ‘El Reino de Dios está cerca de ustedes'”.

Lectura espiritual breve

Lee lo que nos enseña el Santo Padre:

«Si consideramos juntamente las figuras de Timoteo y de Tito, nos damos cuenta de algunos datos muy significativos. El más importante es que san Pablo se sirvió de colaboradores para el cumplimiento de sus misiones. Él es, ciertamente, el Apóstol por antonomasia, fundador y pastor de muchas Iglesias. Sin embargo, es evidente que no lo hacía todo él solo, sino que se apoyaba en personas de confianza que compartían sus esfuerzos y sus responsabilidades. Conviene destacar, además, la disponibilidad de estos colaboradores. Las fuentes con que contamos sobre Timoteo y Tito subrayan su disponibilidad para asumir las diferentes tareas, que con frecuencia consistían en representar a san Pablo incluso en circunstancias difíciles. Es decir, nos enseñan a servir al Evangelio con generosidad, sabiendo que esto implica también un servicio a la misma Iglesia. Acojamos, por último, la recomendación que el apóstol san Pablo hace a Tito en la carta que le dirige: “Es cierta esta afirmación, y quiero que en esto te mantengas firme, para que los que creen en Dios traten de sobresalir en la práctica de las buenas obras. Esto es bueno y provechoso para los hombres” (Tt 3, 8). Con nuestro compromiso concreto, debemos y podemos descubrir la verdad de estas palabras, y realizar obras buenas para abrir las puertas del mundo a Cristo, nuestro Salvador» (Benedicto XVI).

 Breve meditación personal

– (Haz silencio en tu interior y pregúntate:)

1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?

2.- ¿Cómo ilumina mi vida?

3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?

4.- ¿Qué me falta para ser más como Él?

Acción de gracias y peticiones personales

Gracias, Señor, por esta oración. Te pido que me ayudes a ser disponible como lo fueron Tito y Timoteo para servir con generosidad a tu Evangelio. Ayúdame a ser un discípulo coherente y a responder con ardor y alegría a la misión que Tú me has encomendado.

– (Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones).

 – Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…

Consagración a María

–  Pide la intercesión de María rezando esta oración:

Santa María,
Madre del Señor Jesús y nuestra,
obténnos la presencia vivificante
del Espíritu,
y la gracia de andar siempre
por los caminos de Dios.

+  En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

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