+ En el nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.
Oración Inicial
Señor Jesús, puesto ante tu presencia reconozco en mí el inmenso anhelo de conformarme cada vez más Contigo. Así como tu Madre guardaba todas las cosas meditándolas en el corazón, te pido que me ayudes a que en esta oración yo pueda acoger tu palabra y, siguiendo el ejemplo de María, pueda conservarlas en mi corazón para vivirlas ardorosamente en la acción.
Acto penitencial
Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día
Te quiero pedir perdón, Buen Jesús, por mis faltas y pecados. Reconozco lo frío que a veces es mi corazón, y lo poco que se parecen al tuyo y al de tu Madre. Pero al mirar tu Corazón y el tu Madre, llenos de amor por nosotros, sé que tu misericordia siempre está presente. Ayúdame a dejarme conducir por Santa María, en cuyo corazón descubro también tu amor misericordioso, para que me lleve junto a Ti.
Lectura Bíblica según el Evangelio del día: “Su madre conservaba estas cosas en su corazón” Lc 2,41-51
Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. Cuando Jesús cumplió los doce años, subió también con ellos a la fiesta, pues así había de ser. Al terminar los días de la fiesta regresaron, pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que sus padres lo supieran. Seguros de que estaba con la caravana de vuelta, caminaron todo un día. Después se pusieron a buscarlo entre sus parientes y conocidos. Como no lo encontraran, volvieron a Jerusalén en su búsqueda. Al tercer día lo hallaron en el Templo, sentado en medio de los maestros de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su inteligencia y de sus respuestas. Sus padres se emocionaron mucho al verlo; su madre le decía: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo hemos estado muy angustiados mientras te buscábamos.» El les contestó: «¿Y por qué me buscaban? ¿No saben que yo debo estar donde mi Padre?» Pero ellos no comprendieron esta respuesta. Jesús entonces regresó con ellos, llegando a Nazaret. Posteriormente siguió obedeciéndoles. Su Madre, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón.
Lectura Espiritual breve
Lee este breve texto de San Juan Eudes que te ayudará a profundizar el sentido del Evangelio
Entre las fiestas de la Virgen María, la de su corazón es como el corazón y la reina de otras, porque el corazón es la sede del amor y de la caridad. ¿Cuál es el sujeto de esta solemnidad? Es el corazón de la Hija única y bien amada del Padre eterno; es el corazón de la Madre de Dios; es el corazón de la Esposa del Santo Espíritu; es el corazón de la buenísima Madre de todos los fieles. Es un corazón totalmente abrasado por amor hacia Dios, totalmente inflamado de caridad hacia nosotros. Es todo amor a Dios, porque jamás amó nada más que a Dios, y lo que Dios quiso que amara en él y por él. Es todo amor, porque la bienaventurada Virgen siempre amó a Dios con todo su corazón, con toda el alma y con todas sus fuerzas (Mc 12,30). Es todo amor porque no sólo siempre quiso todo lo que Dios quería y jamás quiso nada de lo que no quería, sino que siempre puso toda su alegría en la voluntad de Dios. Es todo amor para con nosotros. Ella nos ama con el mismo amor con que ama a Dios, porque es a Dios a quien mira y ama en nosotros. Y nos ama con el mismo amor con el que ama al Hombre Dios, que es su hijo Jesús. Porque sabe que es nuestro maestro, nuestra cabeza, y que nosotros somos sus miembros (Col 2,19) y por consiguiente que somos sólo uno con él.
Breve meditación personal
Haz silencio en tu interior y pregúntate:
1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?
2.- ¿Cómo ilumina mi vida?
3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?
4.-¿Qué me falta para ser más como Él?
Acción de gracias y peticiones personales
Gracias Señor porque me recuerdas el gran don que significa habernos dejado a Santa María como Madre Nuestra. Ayúdame a acoger tu gracia para que, mirando el Corazón Inmaculado de María, me deje conducir de su mano a tu encuentro. Que su Corazón, que late al unísono con el tuyo, vaya señalando los latidos de mi corazón y me acerque cada vez más a Ti y a mis hermanos.
Amén
Si quieres, puedes hacer pedirle al Señor por tus intenciones.
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Consagración a María
Termina esta oración rezándole a María.
Hay tanto que hacer
y cada quien
tiene su propia tarea
en la gesta
de nuestro tiempo.
Madre Santísima,
intercede para que
yo reciba la fuerza
y el aliciente
para cooperar
con la gran tarea
de cambiar este mundo nuestro
poniendo mi grano de arena,
que bien podría
hacer la diferencia.
Amén.
+ En el nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.