Oración del miércoles: “Yo soy la luz”

Oración del miércoles

“Yo soy la luz”

+  En el nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.

Oración Inicial

Señor Jesús, te doy gracias por la oportunidad de encontrarte en este momento de oración. Te pido que me ayudes estar atento a todo lo que quieres decirme en este Evangelio para que pueda descubrir tu luz y dejar que ilumine toda mi vida.

Acto penitencial

– (Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día).

Señor, te pido perdón por todo lo que he hecho contra Ti. Estoy arrepentido de todo corazón, y con intención firme de no volver a hacerlo. Sé que tu misericordia es infinita y capaz de disipar todas las tinieblas. Te doy gracias porque me ofreces tu perdón y por el gran amor que me tienes.

Lectura Bíblica según el Evangelio del día: “Yo soy la luz” (12,44-50)

Jesús exclamó: «El que cree en mí, en realidad no cree en mí, sino en aquel que me envió. Y el que me ve, ve al que me envió. Yo soy la luz, y he venido al mundo para que todo el que crea en mí no permanezca en las tinieblas. Al que escucha mis palabras y no las cumple, yo no lo juzgo, porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvarlo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he anunciado es la que lo juzgará en el último día. Porque yo no hablé por mí mismo: el Padre que me ha enviado me ordenó lo que debía decir y anunciar; y yo sé que su mandato es Vida eterna. Las palabras que digo, las digo como el Padre me lo ordenó».

Lectura Espiritual breve

– (Lee este texto del Papa Benedicto XVI que te ayudará a profundizar el sentido del Evangelio).

En Pascua, en la mañana del primer día de la semana, Dios vuelve a decir: «Que exista la luz». Antes había venido la noche del Monte de los Olivos, el eclipse solar de la pasión y muerte de Jesús, la noche del sepulcro. Pero ahora vuelve a ser el primer día, comienza la creación totalmente nueva. «Que exista la luz», dice Dios, «y existió la luz». Jesús resucita del sepulcro. La vida es más fuerte que la muerte. El bien es más fuerte que el mal. El amor es más fuerte que el odio. La verdad es más fuerte que la mentira. La oscuridad de los días pasados se disipa cuando Jesús resurge de la tumba y se hace él mismo luz pura de Dios. Pero esto no se refiere solamente a él, ni se refiere únicamente a la oscuridad de aquellos días. Con la resurrección de Jesús, la luz misma vuelve a ser creada. Él nos lleva a todos tras él a la vida nueva de la resurrección, y vence toda forma de oscuridad. Él es el nuevo día de Dios, que vale para todos nosotros.

En la Vigilia Pascual, la noche de la nueva creación, la Iglesia presenta el misterio de la luz con un símbolo del todo particular y muy humilde: el cirio pascual. Esta es una luz que vive en virtud del sacrificio. La luz de la vela ilumina consumiéndose a sí misma. Da luz dándose a sí misma. Así, representa de manera maravillosa el misterio pascual de Cristo que se entrega a sí mismo, y de este modo da mucha luz.

(Benedicto XVI, 7 Abril, 2012, Vigilia Pascual)

Breve meditación personal

– (Haz silencio en tu interior y pregúntate):
1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?
2.- ¿Cómo ilumina mi vida?
3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser como Jesús?
4.- ¿Qué me falta para ser más como Él?

Acción de gracias y peticiones personales

Gracias Señor por este momento de oración y por estar conmigo. Te pido que me sigas acompañando y vayas iluminando mi camino para que yo pueda llegar a ser plenamente feliz.
Amén.

– (Si quieres, puedes hacer pedirle al Señor por tus intenciones.)
-*Esta semana, siguiendo el llamado que hizo el Papa, reza especialmente por las vocaciones al sacerdocio y la vida consagrada. 

– Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria...

Consagración a María

–  Termina esta oración rezándole a María.

Santa María,
ayúdame a esforzarme
según el máximo de mi capacidad
y el máximo de mis posibilidades
para así responder al Plan de Dios
en todas las circunstancias
concretas de mi vida.
Amén.

+  En el nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.

Comentarios

Comentarios

Comparte esta publicación

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin
Share on pinterest
Share on print
Share on email