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Oración del miércoles: “Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la creación”

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Jesús, me pongo humildemente en tu presencia. Tú eres la Palabra de Dios, Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida. Te pido que ilumines mi vida con tu presencia gloriosa para que pueda participar de tu misterio pascual y así anunciarte al mundo entero.

Acto penitencial

– (Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día).

Puesto en tu presencia, reconozco también buen Jesús, que muchas veces soy incoherente con el amor que te tengo. A veces me olvido de ti y te doy la espalda y prefiero las cosas fáciles que me ofrece el mundo. Te pido perdón también por mi indiferencia. Pero quiero decirte, que al mismo tiempo confío en tu perdón y en tu misericordia. Me acojo a ellas y te pido que me ayudes cada día a ser mejor.

Lectura Bíblica según el Evangelio del día: “Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la creación” (San Marcos 16,15-20)

Y les dijo: «Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará; el que se niegue a creer será condenado. Estas señales acompañarán a los que crean: en mi Nombre echarán demonios y hablarán nuevas lenguas; tomarán con sus manos serpientes y, si beben algún veneno, no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y quedarán sanos.» Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos, por su parte, salieron a predicar en todos los lugares. El Señor actuaba con ellos y confirmaba el mensaje con los milagros que los acompañaban.

Lectura espiritual breve

Escucha lo que nos dice el Padre Sebastián Correa:

El Evangelista San Marcos recoge un momento fundamental para la Iglesia de todos los tiempos: Cristo nos envía a anunciar la Buena Noticia a toda al creación. Este mandato del Señor va íntimamente unido con nuestra identidad de cristianos, pues no se puede ser un seguidor de Jesucristo y renunciar a continuar su misión en el mundo. La salvación que Dios quiere seguir obrando en todas las generaciones depende de que hombres y mujeres nos comprometamos con este mensaje y lo hagamos llegar a todos los rincones de la tierra. Es por eso que la “actitud apostólica” de cada uno es tan importante, pues si no nos atrevemos a anunciar que el Señor padeció, murió y resucitó por nosotros, ¿quién lo anunciará? Comprometámonos con el Señor y con el anuncio de su Evangelio, Él será nuestra fuerza y nos ayudará a tener el valor y las palabras para anunciarlo. Ciertamente tendremos dificultades, pero con el Señor junto a nosotros, ¿a quién temeremos?

Breve meditación personal

– (Haz silencio en tu interior y pregúntate:)

1.- ¿Cómo vivo mi vocación apostólica?

2.- ¿Qué temores descubro en mi vida a la hora de anunciar el Evangelio?

3.- ¿Estoy comprometido(a) con el Señor y con el anuncio del Evangelio?

Acción de gracias y peticiones personales

Gracias Señor por este momento de encuentro contigo. Te agradezco llenarme de tu gracia y de la luz de tu resurrección. Te pido que me des el valor y la sabiduría para poder anunciarte, no sólo con el testimonio de mi vida, sino que también con mis palabras a todos los que pongas en mi camino.

Amén

– (Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones).

– Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…

Consagración a María

– Pidámosle a María que nos acompañe siempre:

Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios;
no deseches las oraciones
que te dirigimos
en nuestras necesidades,
antes bien
líbranos de todo peligro,

¡oh Virgen gloriosa y bendita!

Amén.

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

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