Oración del miércoles
“Te alabo, Padre, por haber revelado esto a los pequeños”
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Jesús, quiero mostrarte en este día el profundo amor que te tengo y cuánto deseo vivir en tu presencia. Te pido que me enseñes a rezar. Muchas veces no encuentro las palabras para hablar contigo. Ayúdame, Señor, a ser humilde y sencillo de corazón de manera que pueda aprender de tu escuela y así avanzar cada día en el camino de la oración.
Acto penitencial
– (Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día).
Señor, sé que muchas veces me olvido de Ti y, a pesar del inmenso amor que siempre me has mostrado, te doy la espalda. Estoy arrepentido, Señor, y estoy dispuesto a poner todo de mi parte para acogerte en mi interior y caminar por el camino de la vida.
Lectura Bíblica según el Evangelio del día: “Te alabo, Padre, por haber revelado esto a los pequeños“ (San Mateo 11,25-27)
En esa oportunidad, Jesús dijo: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Lectura espiritual breve
Lee este texto del Papa Benedicto XVI que te ayudará a profundizar en el Evangelio:
«Dios ha ocultado estas cosas a “sabios y entendidos”, dándolas a conocer a los pequeños, a los humildes, a los sencillos de corazón. Por su “sí” a la llamada de Dios, la Virgen María manifiesta entre los hombres el amor divino. En este sentido, Ella, con sencillez y corazón de Madre, sigue indicando la única Luz y la única Verdad: su Hijo Jesucristo, que “es la respuesta definitiva a la pregunta sobre el sentido de la vida y a los interrogantes fundamentales que asedian también hoy a tantos hombres y mujeres (…)”. Asimismo, Ella “continúa alcanzándonos por su constante intercesión los dones de la eterna salvación. Con amor maternal cuida de los hermanos de su Hijo que todavía peregrinan y se debaten entre peligros y angustias hasta que sean llevados a la patria feliz”».
Breve meditación personal
– (Haz silencio en tu interior y pregúntate:)
1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?
2.- ¿Cómo ilumina mi vida?
3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?
4.- ¿Qué me falta para ser más como Él?
Acción de gracias y peticiones personales
Gracias Jesús porque me invitas a vivir con humildad y sencillez, gracias por mostrarme el camino que Tú mismo recorriste durante tu peregrinar aquí en la Tierra. Gracias porque me has dejado también a María como ejemplo de la discípula que siempre quiso escuchar y obedecer los Planes de Dios. Ayúdame a decirte que sí en todas la circunstancias de mi vida. Amén.
– (Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones).
– Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Consagración a María
– Pidámosle a María que nos acompañe siempre:
Santa María,
ayúdame a esforzarme
según el máximo de mi capacidad
y el máximo de mis posibilidades
para así responder al Plan de Dios
en todas las circunstancias
concretas de mi vida.
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.