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Oración del miércoles: “Jesús recorría las poblaciones de los alrededores, enseñando a la gente”

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+  En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Señor Jesús hoy quieres venir a mi corazón, que es también tu casa, quieres venir anunciarme tu Palabra, permite que movido por tu Espíritu Santo, pueda abrirte las puertas de mi corazón para que acoger lo que me quieres decir en este día.

Acto penitencial

– (Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día).

Señor Jesús, Tú eres el Buen Pastor que va a buscar a la oveja pérdida, muchas veces, yo me alejo de tu rebaño, muchas veces yo te he cerrado las puertas de mi corazón, pero arrepentido de esto confío en que por infinita misericordia vendrás a buscarme con tus brazos abiertos.

Lectura Bíblica según el Evangelio del día: “Jesús recorría las poblaciones de los alrededores, enseñando a la gente.” (San Marcos 6,1-6)

Jesús salió de allí y se dirigió a su pueblo, seguido de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba estaba asombrada y decía: “¿De dónde saca todo esto? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada y esos grandes milagros que se realizan por sus manos? ¿No es acaso el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros?”. Y Jesús era para ellos un motivo de tropiezo. Por eso les dijo: “Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa”. Y no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de curar a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos. Y él se asombraba de su falta de fe. Jesús recorría las poblaciones de los alrededores, enseñando a la gente.

Lectura espiritual breve

Lee lo que nos comparte el Padre Juan José Paniagua:

Este un pasaje curioso. Jesús regresa a la aldea donde ha vivido de pequeño. Quizá allí había gente lo quería mucho. Sin embargo, ocurre algo extraño. Dice la Escritura que por un lado que se sorprenden de sus obras, se admiran de sus milagros, les sorprende su sabiduría y enseñanzas. Pero por otro lado no le creen. Desconfiaban de Él y no pudo hacer muchos milagros. Y es que esa es la condición para que Jesús pueda obrar sus milagros, para hacer cosas grandes en nuestras vidas: que le creamos. Quizá es más fácil creer en Dios. Pero creerle a Dios es muy distinto. Para eso se necesita mucha fe. Quizá a veces nos falta creerle un poco más al Señor.

Nos podría pasar como a estas personas, que habían visto a Jesús toda la vida, desde pequeño. Quizá también nosotros conocemos a Jesús desde pequeños, hemos escuchado sus parábolas, conocemos su vida. Podemos correr el riesgo de acostumbrarnos a Él. Dejémonos sorprender por Jesús, que quiere estar cerca de nosotros siempre y quiere realizar sus grandes obras en nuestras vidas.

Breve meditación personal

– (Haz silencio en tu interior y pregúntate:)

1.- Creo en Dios. ¿Pero también le creo al Señor? ¿Confío en Él?

2.- ¿Qué puedo hacer para no acostumbrarme a Dios, es decir, a que mi relación con Él no se vuelva rutinaria?

 

Acción de gracias y peticiones personales

Te doy gracias Señor, porque tu Palabra ha tocado profundamente mi espíritu, haz que la acoja con mucha reverencia y que nunca tenga un corazón cerrado a tus palabras, para que  puedas obrar grandes maravillas en mi vida. Haz que mi fe crezca cada día más.

Amén

– (Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones).

 – Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…

Consagración a María

–  Pidámosle a María que nos acompañe siempre:

Santa María,
Madre del Señor Jesús y nuestra,
obténnos la presencia vivificante
del Espíritu,
y la gracia de andar siempre
por los caminos de Dios.

+  En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

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