+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor Jesús, quiero al comenzar mi oración, ponerme ante Ti con un corazón lleno de fe, lleno de confianza en tu presencia. Eres un Amigo fiel que no te cansas de buscarme, que no te cansas de alentarme en mi caminar hacia la santidad; por eso quiero que aceptes esta oración como un compromiso por responderte cada día con mayor fidelidad y alegría.
Acto penitencial
– (Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día).
Señor Jesús, quiero reconocer al comenzar mi oración que necesito de tu perdón, necesito de tu misericordia. Dame Señor tu gracia para que pueda trabajar en mi conversión personal a Ti; que pueda con un corazón renovado caminar con alegría y esperanza por las sendas de tu plan.
Lectura Bíblica según el Evangelio del día: “¿Con quién puedo comparar a los hombres de esta generación?” (San Lucas 7,31-35).
¿Con quién puedo comparar a los hombres de esta generación? ¿A quién se parecen? Se parecen a esos muchachos que están sentados en la plaza y se dicen entre ellos: ‘¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no lloraron!’. Porque llegó Juan el Bautista, que no come pan ni bebe vino, y ustedes dicen: ‘¡Ha perdido la cabeza!’. Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: ‘¡Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores!’. Pero la Sabiduría ha sido reconocida como justa por todos sus hijos”.
Lectura espiritual breve
Meditemos acompañados de las enseñanzas de San Basilio:
Hermanos, no permanezcamos en la despreocupación y la relajación ; no dejemos ligeramente, para mañana o aún para más tarde, para comenzar a hacer lo que debemos. «Ahora es la hora favorable, dice el apóstol Pablo, ahora es el día de la salvación » (2Co 6,2). Actualmente es, para nosotros, el tiempo de la penitencia, más tarde será el de la recompensa; ahora es el tiempo de la perseverancia, un día llegará el de la consolación. Dios viene ahora para ayudar a los que se alejan del mal; más adelante Él será el juez de nuestros actos, de nuestras palabras y de nuestros pensamientos como hombres. Hoy nos aprovechamos de su paciencia; en el día de la resurrección conoceremos sus justos juicios, cuando cada uno reciba lo que corresponda a nuestras obras.
¿Cuándo nos decidiremos a obedecer a Cristo que nos llama a su Reino celeste? ¿Es que no nos purificaremos? ¿Es que no nos decidiremos a abandonar nuestra habitual forma de vivir para seguir, a fondo, el Evangelio?
Breve meditación personal
– (Haz silencio en tu interior y pregúntate:)
1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?
2.- ¿Cómo ilumina mi vida?
3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?
4.-¿Qué me falta para ser más como Él?
Acción de gracias y peticiones personales
Gracias Señor porque no dejas de invitarme a la conversión, porque no dejas de ofrecerme todos los medios que necesito para que mi conversión sea posible, sea real. Que tu presencia en mi vida sea cada vez más constante; que pueda rechazar todas las cosas que me alejan de Ti y que no me permiten amar; y que pueda también, con el corazón renovado en tu amor, dar muchos frutos de apostolado.
Amén
– (Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones).
– Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Consagración a María
– Termina esta oración rezándole a María:
Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios;
no deseches las oraciones
que te dirigimos
en nuestras necesidades,
antes bien
líbranos de todo peligro,
¡oh Virgen gloriosa y bendita!
Amén.
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.