Oración del miércoles
“¡Ay de ustedes, fariseos!”
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Aquí estoy, Señor Jesús, nuevamente para compartir contigo, para conocerte más y dejarme iluminar por tu Palabra. Te pido que me ayudes a abrir mi mente y corazón a la acción del Espíritu y a mantenerme en tu presencia.
Acto penitencial
– (Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día).
Tú has venido, Buen Jesús, a perdonar y salvar a los pecadores. Me reconozco necesitado de tu perdón y tu misericordia. No puedo estar lejos de Ti. Quiero renovarme en mi propósito de serte fiel y seguirte con coherencia.
Lectura Bíblica según el Evangelio del día: “¡Ay de ustedes, fariseos!” (San Lucas 11,42-46).
Pero ¡ay de ustedes, fariseos, que pagan el impuesto de la menta, de la ruda y de todas las legumbres, y descuidan la justicia y el amor de Dios! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello. ¡Ay de ustedes, fariseos, porque les gusta ocupar el primer asiento en las sinagogas y ser saludados en las plazas! ¡Ay de ustedes, porque son como esos sepulcros que no se ven y sobre los cuales se camina sin saber!”. Un doctor de la Ley tomó entonces la palabra y dijo: “Maestro, cuando hablas así, nos insultas también a nosotros”. Él le respondió: “¡Ay de ustedes también, porque imponen a los demás cargas insoportables, pero ustedes no las tocan ni siquiera con un dedo!
Lectura espiritual breve
Con este texto, el Papa Emérito Benedicto XVI te ayuda a profundizar en el Evangelio:
«Podemos acoger con fe las advertencias que Jesús dirige a nuestra conciencia, para asumir un comportamiento acorde con ellas. En el pasaje de hoy, amonesta a los escribas y fariseos, que en la comunidad desempeñaban el papel de maestros, porque su conducta estaba abiertamente en contraste con la enseñanza que proponían a los demás con rigor. Jesús subraya que ellos “dicen, pero no hacen”; más aún, “lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar”. Es necesario acoger la buena doctrina, pero se corre el riesgo de desmentirla con una conducta incoherente. Por esto Jesús dice: “Haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen”. La actitud de Jesús es exactamente la opuesta: Él es el primero en practicar el mandamiento del amor, que enseña a todos, y puede decir que es un peso ligero y suave precisamente porque nos ayuda a llevarlo juntamente con Él».
Breve meditación personal
– (Haz silencio en tu interior y pregúntate:)
1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?
2.- ¿Cómo ilumina mi vida?
3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?
4.- ¿Qué me falta para ser más como Él?
Acción de gracias y peticiones personales
Antes que señalar a otros, reconozco que yo muchas veces vivo esa incoherencia de los fariseos. Te doy gracias, Señor, porque la luz de tu Verdad me ilumina y me muestra el camino que tengo que seguir para convertirme más. Sé que si confío en Ti, podré hacer lo que me pides. Ayúdame a ser humilde, coherente y fiel. Amén.
– (Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones).
– Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Consagración a María
– Termina esta oración rezándole a María:
Santa María,
ayúdame a esforzarme
según el máximo de mi capacidad
y el máximo de mis posibilidades
para así responder al Plan de Dios
en todas las circunstancias
concretas de mi vida.
Amén.
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.