Oración del martes: “Necesitan nacer de nuevo desde arriba”

Oración del martes

“Necesitan nacer de nuevo desde arriba”

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+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Señor Jesús, quiero ser santo. Quiero serlo de corazón. Si por el Bautismo he nacido verdaderamente de lo alto, concédeme vivir de acuerdo a tu admirable sacramento de amor. Que, encontrándome intensamente contigo en esta oración, pueda dar un valiente testimonio de Ti a todos los que te buscan.

Acto penitencial

– (Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día).

Buen Jesús, quiero ser santo, pero soy frágil. Mírame con ternura y apiádate de mí. Enséñame a ser santo y dame la gracia de nacer de lo alto. Si ayer flaqueé, hoy prometo cooperar al máximo de mis capacidades y posibilidades para amar.

Lectura Bíblica según el Evangelio del día: «Necesitan nacer de nuevo desde arriba» (Jn 3,7b-15)

«No te extrañes de que te haya dicho: “Necesitan nacer de nuevo desde arriba”. El viento sopla donde quiere, y tú oyes su silbido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Lo mismo le sucede al que ha nacido del Espíritu».
Nicodemo volvió a preguntarle: «¿Cómo puede ser eso?»
Respondió Jesús: «Tú eres maestro en Israel, y ¿no sabes estas cosas? En verdad te digo que nosotros hablamos de lo que sabemos, y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio. Si ustedes no creen cuando les hablo de cosas de la tierra, ¿cómo van a creer si les hablo de cosas del Cielo? Sin embargo, nadie ha subido al Cielo sino sólo el que ha bajado del Cielo, el Hijo del Hombre. Recuerden la serpiente que Moisés hizo levantar en el desierto: así también tiene que ser levantado el Hijo del Hombre, y entonces todo el que crea en él tendrá por él vida eterna».

Lectura espiritual breve

Lectura breve: 

«Tenéis que nacer de lo alto» (Jn 3,7), dice el Señor con claridad; es necesaria una nueva vida para poder entrar en la vida eterna. No es suficiente con un ir tirando para llegar al Reino del Cielo, se necesita una vida nueva regenerada por la acción del Espíritu de Dios. Nuestra vida profesional, familiar, deportiva, cultural, lúdica y, sobre todo, de piedad tiene que ser transformada por el sentido cristiano y por la acción de Dios. Todo, transversalmente, ha de ser impregnado por su Espíritu. Nada, absolutamente nada, debiera quedar fuera de la renovación que Dios realiza en nosotros con su Espíritu.

Una transformación que tiene a Jesucristo como catalizador. Él, que antes había de ser elevado en la Cruz y que también tenía que resucitar, es quien puede hacer que el Espíritu de Dios nos sea enviado. Él que ha venido de lo alto. Él que ha mostrado con muchos milagros su poder y su bondad. Él que en todo hace la voluntad del Padre. Él que ha sufrido hasta derramar la última gota de sangre por nosotros. Gracias al Espíritu que nos enviará, nosotros «podemos subir al Reino de los Cielos, por Él obtenemos la adopción filial, por Él se nos da la confianza de nombrar a Dios con el nombre de “Padre”, la participación de la gracia de Cristo y el derecho a participar de la gloria eterna» (San Basilio el Grande).

Hagamos que la acción del Espíritu tenga acogida en nosotros, escuchémosle, y apliquemos sus inspiraciones para que cada uno sea —en su lugar habitual— un buen ejemplo elevado que irradie la luz de Cristo.

Comentario del Rev. D. Xavier Sobrevía i Vidal

Breve meditación personal

– (Haz silencio en tu interior y pregúntate:)

1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?

2.- ¿Cómo ilumina mi vida?

3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?

4.- ¿Qué me falta para ser más como Él?

Acción de gracias y peticiones personales

Gracias, Señor Jesús, porque te has despojado de tu condición divina y has bajado de lo alto para amarnos y enseñarnos a amar. Ya que por el Bautismo has derramado tu Espíritu Santo sobre mí, concédeme vivir ahora y siempre según este don, poniendo los medios necesarios para santificarme a través del testimonio de Ti, en todo momento y en todo lugar. Amén.

Amén

– (Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones).

– Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…

Consagración a María

– Pidámosle a María que nos acompañe siempre:

Santa María,
Madre del Señor Jesús y nuestra,
obténnos la presencia vivificante
del Espíritu,
y la gracia de andar siempre
por los caminos de Dios.

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

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