Oración del lunes: “Tengan valor: Yo he vencido al mundo”

Oración del lunes

 “Tengan valor: Yo he vencido al mundo”

+  En el nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.

Oración inicial

Señor Jesús, te doy gracias por este momento de oración. Tú sabes que quiero confiar cada vez más en Ti. Ayúdame a escucharte en el Evangelio. Que tu Palabra, Señor, ilumine mi vida y me ayude a caminar siempre por el camino que Tú me muestras.

Acto penitencial

– Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día.

Señor, te pido perdón por las veces en que me he alejado de Ti. Soy frágil y pecador, lo reconozco con humildad. Me arrepiento de mis faltas y pecados y te prometo esforzarme por no volver a cometerlos nuevamente. Sé que cuento con tu gracia y que nunca me abandonas. Gracias por tu perdón y por amarme tanto.

Lectura bíblica del Evangelio del día: “Tengan valor: Yo he vencido al mundo” (Jn 16,29-33)

Sus discípulos le dijeron: “Por fin hablas claro y sin parábolas. Ahora conocemos que tú lo sabes todo y no hace falta hacerte preguntas. Por eso creemos que tú has salido de Dios”. Jesús les respondió: “¿Ahora creen? Se acerca la hora, y ya ha llegado, en que ustedes se dispersarán cada uno por su lado, y me dejarán solo. Pero no, no estoy solo, porque el Padre está conmigo.
Les digo esto para que encuentren la paz en mí. En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo”.

Lectura espiritual breve

 Lee este texto del Papa Juan Pablo II que te ayudará a profundizar el sentido del Evangelio.

«Dios, rico en misericordia, revela todos los días en Cristo su amor. Él, Cristo resucitado, dice a cada uno y a cada una de vosotros: “¡No temas! Soy el primero y el último, el que vive; estuve muerto, pero ahora estoy vivo por los siglos de los siglos” (Ap 1, 17-18). Esta es la proclamación de la misericordia divina: “¡No temas!”. Confía en Dios, que es rico en misericordia. Cristo, el infalible Dador de la esperanza, está contigo» (Juan Pablo II, 2002).

Breve meditación personal

– Haz silencio en tu interior y pregúntate:

1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?
2.- ¿Cómo ilumina mi vida?
3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Él?
4.- ¿Qué me falta para ser más como Él?

Acción de gracias y peticiones

Gracias Jesús por esta oración. Gracias por estar conmigo y por ser mi fortaleza. Yo sé que de Ti viene la paz verdadera y que si estoy contigo podré superar todas las pruebas y sufrimientos que encuentre en mi camino. Ayúdame a buscarte siempre y confiar plenamente en Ti. Amén.

– Si quieres, puedes hacer pedirle al Señor por tus intenciones.

– Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria...

Consagración a María

–  Termina esta oración rezándole a Santa María.

¡Cuando Tú estás junto a mí
me siento confiado y seguro.
Tu auxilio maternal
me hace experimentar
el calor de tu ternura.
Acompáñame siempre,
¡oh Santísima!
Nunca te alejes de mí,
incluso cuando yo
me muestre ingrato;
apelo a tu comprensión
y perdón de Madre.
Tu dulce perseverancia
será siempre
un ardoroso ejemplo
y un aliciente para mi fidelidad.
Amén.

+  En el nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.

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