Oración del lunes: «¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!»

Oración del lunes

«¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!»

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+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración inicial

Buen Jesús, gracias por esta semana que comienza. Te pido que esta oración me ayude a reflexionar sobre la importancia de pedir tu ayuda constantemente. Señor, reconozco que mis fuerzas no bastan.

 

Acto penitencial

– (Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día).

Perdóname Señor por mis muchos pecados, especialmente por todas las veces en que soy soberbio y autosuficiente. Me acojo a tu amor y misericordia infinita.

 

Lectura Bíblica: Lc 18,35-43

Cuando se acercaba a Jericó, un ciego estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que pasaba mucha gente, preguntó qué sucedía. Le respondieron que pasaba Jesús de Nazaret. El ciego se puso a gritar: «¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!». Los que iban delante lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!». Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando lo tuvo a su lado, le preguntó: «¿Qué quieres que haga por ti?». «Señor, que yo vea otra vez». Y Jesús le dijo: «Recupera la vista, tu fe te ha salvado». En el mismo momento, el ciego recuperó la vista y siguió a Jesús, glorificando a Dios. Al ver esto, todo el pueblo alababa a Dios.

 

Lectura espiritual breve

Acojamos estas palabras del Papa Francisco:

Preguntémonos: ¿cómo está nuestro corazón? ¿Tengo un corazón abierto o un corazón cerrado? ¿Abierto o cerrado hacia Dios? ¿Abierto o cerrado hacia el prójimo? Siempre tenemos en nosotros alguna cerrazón que nace del pecado, de las equivocaciones, de los errores. No debemos tener miedo. Abrámonos a la luz del Señor, Él nos espera siempre para hacer que veamos mejor, para darnos más luz, para perdonarnos. ¡No olvidemos esto! A la Virgen María confiamos el camino… para que también nosotros, como el ciego curado, con la gracia de Cristo podamos “salir a la luz”, ir más adelante hacia la luz y renacer a una vida nueva.

 

Breve meditación personal

Haz silencio en tu interior y pregúntate:

1.- ¿Qué me dice el Evangelio que he leído?

2.- ¿Cómo ilumina mi vida?

3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?

4.- ¿Qué me falta para ser más como Él?

 

Acción de gracias y peticiones personales

Gracias Buen Señor por este espacio de encuentro contigo. Que lo aprendido al reflexionar en tu palabra me conduzca a buscar construir mi vida en Ti, esforzándome por tener mi corazón abierto a Ti. Amén.

(Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones).

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…

 

Consagración a María

Pidámosle a María que nos acompañe siempre:

Cuando Tú estás junto a mí me siento confiado y seguro. Tu auxilio maternal me hace experimentar el calor de tu ternura. Acompáñame siempre, ¡oh Santísima! Nunca te alejes de mí, incluso cuando yo me muestre ingrato; apelo a tu comprensión y perdón de Madre. Tu dulce perseverancia será siempre un ardoroso ejemplo y un aliciente para mi fidelidad. Amén.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

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