Oración del lunes
“¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que cierran a los hombres el Reino de los Cielos!”
+ En el nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.
Oración inicial
Señor, al comenzar este día y esta semana, me pongo en tu presencia. Tú eres el Maestro Bueno, y sé que quieres lo mejor para mí. Ayúdame a escuchar tu voz en esta oración, para que pueda comprender tu Plan para mí y así seguirlo día a día.
Acto penitencial
– (Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día).
Reconozco, Amigo bueno, que muchas veces no opto bien en mi vida. Sé que tu siempre estás conmigo velando para que yo alcance la felicidad. Por eso, te pido perdón por todos mi pecados y omisiones y te ruego que me des la fortaleza para no faltar más contra Ti.
Lectura Bíblica según el Evangelio del día: “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que cierran a los hombres el Reino de los Cielos!” (San Mateo 23,13-22).
“¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que cierran a los hombres el Reino de los Cielos! Ni entran ustedes, ni dejan entrar a los que quisieran. ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para conseguir un prosélito, y cuando lo han conseguido lo hacen dos veces más digno de la Gehena que ustedes! ¡Ay de ustedes, guías, ciegos, que dicen: ‘Si se jura por el santuario, el juramento no vale; pero si se jura por el oro del santuario, entonces sí que vale’! ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante: el oro o el santuario que hace sagrado el oro? Ustedes dicen también: ‘Si se jura por el altar, el juramento no vale, pero vale si se jura por la ofrenda que está sobre el altar’. ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar que hace sagrada esa ofrenda? Ahora bien, jurar por el altar, es jurar por él y por todo lo que está sobre él. Jurar por el santuario, es jurar por él y por aquel que lo habita. Jurar por el cielo, es jurar por el trono de Dios y por aquel que está sentado en él.
Lectura espiritual breve
Medita este texto del Papa Benedicto XI:
Nosotros sabemos que la autenticidad de nuestra fidelidad al Evangelio se verifica también en base a la atención y a la solicitud concreta que nos esforzamos en manifestar hacia el prójimo, especialmente hacia los más débiles y marginados. Así, el servicio caritativo, que puede desarrollarse en una multiplicidad de formas, se convierte en una forma privilegiada de evangelización, a la luz de la enseñanza de Jesús, que considerará como hecho a si mismo cuando hayamos hecho a nuestros hermanos, especialmente al más “pequeño” y desatendido. Para que nuestro servicio no sea sólo acción filantrópica, aunque útil y con mérito, es necesario alimentarlo con la oración constante y la confianza en Dios. Es necesario armonizar nuestra mirada con la mirada de Cristo, nuestro corazón con su corazón. De esta manera, el apoyo amoroso, ofrecido a los demás se traduce en participación y en un compartir consciente de sus esperanzas y sus sufrimientos, haciendo visible, y diría que casi tangible, por una parte la misericordia infinita de Dios hacia cada ser humano, y por otra, nuestra fe en Él.
Breve meditación personal
– (Haz silencio en tu interior y pregúntate:)
1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?
2.- ¿Cómo ilumina mi vida?
3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?
4.-¿Qué me falta para ser más como Él?
Acción de gracias y peticiones personales
Te agradezco, Señor, por esta oración. Yo sé que muchas veces soy poco coherente y no vivo con radicalidad mi fe. Ayúdame, Buen Jesús, a esforzarme por ser coherente, a vivir la caridad con el prójimo y así amarte a Ti cada vez más plenamente. Amén.
– (Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones).
– Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Consagración a María
– Termina esta oración rezándole a María.
Gracias Señora Santa María. Gracias por tus muchas bondades y por tus maternales cuidados. Ayúdame para que mi gratitud se convierta en respuesta efectiva de solícito amor y de cumplimiento de tu palabra: «Haced lo que Él os diga». Amén.
+ En el nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.