Oración del jueves: «Porque allí donde tengan su tesoro, tendrán también su corazón»

Oración del jueves

«Porque allí donde tengan su tesoro, tendrán también su corazón»

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+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración inicial

Buen Jesús, gracias por esta semana que comienza. Te pido que esta oración me ayude a reflexionar sobre la importancia vital de acumular verdaderas riquezas, aquellas que no son perecederas sino que por el contrario tienen valor de eternidad.

 

Acto penitencial

– (Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día).

Perdóname Señor por mis muchos pecados. Me acojo a tu amor y misericordia infinita. Que sea ocasión para tomar conciencia de que con mis solas fuerzas nada puedo y que contigo todo lo puedo.

 

Lectura Bíblica: Lc 12,32-34

No temas, pequeño rebaño, porque el Padre de ustedes ha querido darles el Reino. Vendan sus bienes y denlos como limosna. Háganse bolsas que no se desgasten y acumulen un tesoro inagotable en el cielo, donde no se acerca el ladrón ni destruye la polilla. Porque allí donde tengan su tesoro, tendrán también su corazón.

 

Lectura espiritual breve

Acojamos estas palabras del Papa San Juan XXIII:

Añádase a esto el hecho complementario de que hay siempre una amplia gama de situaciones angustiosas, de necesidades ocultas y al mismo tiempo graves, a las cuales no llegan las múltiples formas de la acción del Estado, y para cuyo remedio se halla ésta totalmente incapacitada; por lo cual, siempre quedará abierto un vasto campo para el ejercicio de la misericordia y de la caridad cristiana por parte de los particulares. Por último, es evidente que para el fomento y estimulo de los valores del espíritu resulta más fecunda la iniciativa de los particulares o de los grupos privados que la acción de los poderes públicos. En ésta ocasión oportuna para recordar, finalmente, cómo la autoridad del sagrado Evangelio sanciona, sin duda, el derecho de propiedad privada de los bienes, pero, al mismo tiempo, presenta, con frecuencia, a Jesucristo ordenando a los ricos que cambien en bienes espirituales los bienes materiales que poseen y los den a los necesitados: «No alleguéis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín los corroen y donde los ladrones horadan y roban. Atesorad tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corroen y donde los ladrones no horadan ni roban» (Mt 6,19-20). Y el Divino Maestro declara que considera como hecha o negada a sí mismo la caridad hecha o negada a los necesitados: «Cuantas veces hicisteis eso a uno de estos mis hermanos menores, a mí me lo hicisteis» (Mt 25,40).

 

Breve meditación personal

Haz silencio en tu interior y pregúntate:

1.- ¿Qué me dice el Evangelio que he leído?

2.- ¿Cómo ilumina mi vida?

3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?

4.- ¿Qué me falta para ser más como Él?

 

Acción de gracias y peticiones personales

Gracias Buen Señor por este espacio de encuentro contigo. Que lo aprendido al reflexionar en tu palabra me conduzca a buscar construir mi vida en Ti, esforzándome por poner mi corazón en lo realmente importante. Amén.

(Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones).

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…

 

Consagración a María

Pidámosle a María que nos acompañe siempre:

Cuando Tú estás junto a mí me siento confiado y seguro. Tu auxilio maternal me hace experimentar el calor de tu ternura. Acompáñame siempre, ¡oh Santísima! Nunca te alejes de mí, incluso cuando yo me muestre ingrato; apelo a tu comprensión y perdón de Madre. Tu dulce perseverancia será siempre un ardoroso ejemplo y un aliciente para mi fidelidad. Amén.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

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