Oración del jueves
“No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres”
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor, me pongo en tu presencia y te pido que me ayudes a poner toda mi mente y corazón en este momento de oración. Sé que Tú siempre estás conmigo y que los frutos del encuentro Contigo son un don de tu amor que yo me esforzaré por atesorar y llevar a la práctica.
Acto penitencial
– (Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día).
Cuando miro, Señor, mi fragilidad y mi pecado, qué fácil puedo caer en el desaliento. Pero me sostiene la firme esperanza de que tu amor y tu misericordia son siempre más grandes que mi pecado. Eres un Padre amoroso, que me espera con los brazos abiertos para perdonarme. A Ti, Señor, me entrego y en Ti confío.
Lectura Bíblica según el Evangelio del día: “No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres” (San Lucas 5,1-11).
En una oportunidad, la multitud se amontonaba alrededor de Jesús para escuchar la Palabra de Dios, y él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret. Desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y estaban limpiando las redes. Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un poco de la orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: “Navega mar adentro, y echen las redes”. Simón le respondió: “Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes”. Así lo hicieron, y sacaron tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de romperse. Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: “Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador”. El temor se había apoderado de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: “No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres”. Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron.
Lectura espiritual breve
Acojamos esta invitación del Papa Francisco:
No es bueno detenerse en el «no hemos sacado nada», sino ir más allá, ir al “rema mar adentro, y echa las redes” de nuevo, ¡sin cansarnos! Jesús lo repite a cada uno de ustedes. ¡Y es Él que dará la fuerza! Está la amenaza del lamento, de la resignación. ¡Esto lo dejamos a los que siguen la “diosa lamento”! ¿Ustedes siguen la “diosa lamento”? ¿Se lamentan continuamente, como en una vigilia fúnebre?… La “diosa lamento” es un engaño, te hace tomar el camino equivocado. Cuando todo parece fijo y estancado, cuando los problemas personales nos inquietan, los malestares sociales no encuentran las debidas respuestas, no es bueno darnos por vencidos. El camino es Jesús: ¡hacerlo subir en nuestra ‘barca’ y remar mar adentro con Él! ¡Él es el Señor! Él cambia la perspectiva de la vida. La fe en Jesús conduce a una esperanza que va más allá, a una certeza fundada no sólo en nuestras cualidades y habilidades, sino sobre la Palabra de Dios, en la invitación que viene de Él. Sin hacer demasiados cálculos humanos y sin preocuparse de verificar si la realidad que los rodea coincide con sus seguridades. Remar mar adentro, salir de nosotros mismos, de nuestro pequeño mundo y abrirnos a Dios, para abrirnos cada vez más también a los hermanos. ¡Abrirnos a Dios nos abre a los otros! Hacer algún paso más allá de nosotros mismos, pequeños pasos, saliendo de ustedes mismos, hacia Dios y hacia los otros. Abriendo el corazón a la fraternidad, a la amistad, a la solidaridad… Ustedes están llamados a convertirse en “pescadores de hombres”. No duden de emplear su vida para testimoniar con alegría el Evangelio, especialmente a sus coetáneos.
Breve meditación personal
– (Haz silencio en tu interior y pregúntate:)
1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?
2.- ¿Cómo ilumina mi vida?
3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?
4.-¿Qué me falta para ser más como Él?
Acción de gracias y peticiones personales
Señor, Tú todo lo sabes, Tú sabes que te quiero. Yo sé que no ves mi pecado ni mi indignidad, sino que apuestas por mí una y otra vez. Así como llamaste a los apóstoles a seguirte, también me llamas a mí para que te siga con una vida cristiana coherente. Ayúdame a conocerte más, para que pueda responder a tu llamado y de ese modo, pueda anunciarte a los demás cada vez con mayor ardor y mayor generosidad.
Amén.
– (Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones).
– Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Consagración a María
– Pidámosle a María que nos ayude a vivir el perdón en nuestra vida rezando esta oración:
Madre de la Misericordia,
tu corazón bondadoso
rebosa de clemencia,
por ello te imploro
que me obtengas el perdón
por los muchos males
que he hecho,
y también,
¡oh Madre!
enséñame a perdonar como Tú,
que ante tantos males
que te hicieron,
hasta arrebatar de tu lado
a tu divino Hijo,
siempre respondiste
con el más magnánimo perdón.
Amén.
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.