Oración del jueves: «¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde y arruina su vida?»

Oración del jueves

«¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde y arruina su vida?»

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+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración inicial

Señor Jesús, te pido que en este momento de oración me ayudes a disponer mi corazón para escuchar tus palabras de vida, y así pueda acogerlas en mi interior y vivirlas con generosidad en mi vida cotidiana.

 

Acto penitencial

– (Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día).

Te pido perdón, Señor, por mis pecados. Y ya que Tú siempre te muestras misericordioso con el pecador, dame fuerzas para convertirme en un mejor hijo de Dios, siendo obediente en todo al Padre.

 

Lectura Bíblica: Lc 9,22-25.

Dijo: «El Hijo del hombre debe sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día». Después dijo a todos: «El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde y arruina su vida?».

 

Lectura espiritual breve

Lee lo que enseña Isaac el Sirio:

El Señor entregó a su propio Hijo a la muerte en cruz a causa del ardiente amor por la creación…No porque no hubiera podido rescatarla de otro modo, sino porque ha querido manifestar así su amor desbordante, como una enseñanza para nosotros. Por la muerte de su Hijo único nos ha reconciliado consigo. Sí, si hubiera tenido algo más precioso, nos lo habría entregado para que volviéramos enteramente a Él. A causa de su gran amor hacia nosotros, no quiso violentar nuestra libertad (…) Antes bien prefirió que nosotros nos acercáramos a Él por amor. A causa de su amor por nosotros y por la obediencia a su Padre, Cristo aceptó gozosamente los insultos y la aflicción (…) De la misma manera, cuando los santos llegan a su plenitud, desbordando de amor por los demás y por la compasión hacia todos los hombres, se parecen a Dios.

 

Breve meditación personal

Haz silencio en tu interior y pregúntate:

1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?

2.- ¿Cómo ilumina mi vida?

3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?

4.- ¿Qué me falta para ser más como Él?

 

Acción de gracias y peticiones personales

Gracias Señor por el inmenso amor que nos tienes. Ayúdame a que también yo sea obediente al Padre, sepa cargar con mi propia cruz, y te siga con radicalidad en tu misión de amar hasta el extremo a los demás. Amén.

(Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones).

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…

 

Consagración a María

Pidámosle a María que nos acompañe siempre:

Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

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