Oración del jueves
“¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de un cajón o debajo de la cama?”
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Quiero comenzar, Señor, este momento de oración invocando tu presencia y pidiéndote que ilumines mi meditación. Los frutos del encuentro contigo son un don de tu amor que yo me esforzaré por atesorar y llevar a la práctica en mi vida.
Acto penitencial
– (Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día).
Reconozco, Jesús, que soy pecador y estoy profundamente necesitado de tu perdón. Me sostiene y alienta la firme esperanza de que tu amor y tu misericordia son siempre más grandes que mi pecado. En Ti, Señor, confío.
Lectura bíblica según el Evangelio del día: “¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de un cajón o debajo de la cama?” (San Marcos 4,21-25).
Jesús les decía: “¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de un cajón o debajo de la cama? ¿No es más bien para colocarla sobre el candelero? Porque no hay nada oculto que no deba ser revelado y nada secreto que no deba manifestarse. ¡Si alguien tiene oídos para oír, que oiga!”. Y les decía: “¡Presten atención a lo que oyen! La medida con que midan se usará para ustedes, y les darán más todavía. Porque al que tiene, se le dará, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene”.
Lectura espiritual breve
Lee esta meditación de San Cromacio (Obispo del s. IV):
«Puesto que Él [Jesús] era el Sol de justicia, con razón llama a sus discípulos luz del mundo, ya que ellos fueron como los rayos a través de los cuales derramó sobre el mundo la luz de su conocimiento; ellos, en efecto, ahuyentaron del corazón de los hombres las tinieblas del error, dándoles a conocer la luz de la verdad. También nosotros, iluminados por ellos, nos hemos convertido de tinieblas en luz, tal como dice el Apóstol: Un tiempo erais tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor. Caminad como hijos de la luz. Y también: Todos sois hijos de la luz e hijos del día. No somos de la noche ni de las tinieblas. En este mismo sentido habla San Juan en su carta, cuando dice: Dios es luz, y el que permanece en Dios está en la luz, como Él también está en la luz. Por lo tanto, ya que tenemos la dicha de haber sido liberados de las tinieblas del error, debemos caminar siempre en la luz, como hijos que somos de la luz. Por esto dice el Apóstol: Aparecéís como antorchas en el mundo, presentándole la palabra de vida. Por consiguiente, nuestro deber es no ocultar esta lámpara de la ley y de la fe, sino ponerla siempre en alto en la Iglesia, como en un candelero, para la salvación de todos, para que así nos beneficiemos nosotros de la luz de su verdad y para que ilumine a todos los creyentes».
Breve meditación personal
– (Haz silencio en tu interior y pregúntate:)
1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?
2.- ¿Cómo ilumina mi vida?
3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?
4.-¿Qué me falta para ser más como Él?
Acción de gracias y peticiones personales
Gracias, Dios mío, porque con la luz de la verdad iluminas mi vida. Gracias por estar conmigo. Aunque sé que soy indigno, la consciencia de que soy portador de tu luz renueva mi ardor por llevarla a cuantos más pueda. Ayúdame a poner de mi parte de modo que mi indiferencia o mis temores no escondan el brillo de tu luz.
– (Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones).
– Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Consagración a María
– Pidamos la intercesión de María rezando esta oración:
Hay tanto que hacer
y cada quien
tiene su propia tarea
en la gesta
de nuestro tiempo.
Madre Santísima,
intercede para que
yo reciba la fuerza
y el aliciente
para cooperar con la gran tarea
de cambiar este mundo nuestro
poniendo mi grano de arena,
que bien podría
hacer la diferencia. Amén.
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.