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Nuestra Señora del Rosario junto a Santo Domingo y Santa Rosa

  • Título: Nuestra Señora del Rosario junto a Santo Domingo y Santa Rosa
  • Creador: Anónimo Escuela Cusqueña
  • Fecha de creación: ca. 1750
  • Técnica: Óleo sobre tela

Vírgenes icónicas con sus túnicas triangulares forman parte de la tipología tradicional de la pintura cusqueña . Están compuestos por una imponente figura piramidal (muchas veces utilizada en Los Andes para hacer referencia a la deidad de los “Apus” -montañas sagradas-, como parte del proceso de evangelización) rematada por el majestuoso rostro de María, acompañada de la diminuta cabeza del Niño Jesús y las manos de ambas figuras dispuestas en gestos altamente simbólicos. Por tratarse de representaciones de objetos de culto, el fondo está compuesto por un retablo o cortinaje. Su origen se remonta al arte devocional de la Europa de la Contrarreforma. Durante este período reaparecieron esculturas milagrosas de la Virgen entronizada de época románica o alta medieval en un esfuerzo por revitalizar las antiguas formas de culto. Se colocó un pedestal debajo del trono para aumentar la estatura de la figura, y se la cubrió con vestimentas rígidas, creando la impresión de que estaba de pie. Los ejemplos más famosos de estas Vírgenes fueron reproducidos en grabados, sirviendo como modelos para la representación de la devoción en América. Tal es el caso de esta Nuestra Señora del Rosario, que “retrata” la imagen venerada en la iglesia limeña de Santo Domingo, acompañada aquí por Santo Domingo y Santa Rosa de Lima.

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