Este texto del Papa Pablo VI nos invita a pedirle a nuestra Madre que interceda por el don de la paz:
«Ella [María], que ha conocido las penas y las tribulaciones de aquí abajo, la fatiga del trabajo cotidiano, las incomodidades y estrecheces de la pobreza, los dolores del Calvario, socorra, pues, las necesidades de la Iglesia y del mundo, escuche benignamente las invocaciones de paz que a Ella se elevan desde todas partes de la tierra, ilumine a los que rigen los destinos de los pueblos y obtenga de Dios, que domina los vientos y las tempestades, la calma también en las tormentas de los corazones que luchan entre sí y det nobis pacem in diebus nostris (nos dé la paz en nuestros días), la paz verdadera, la que se funda sobre las bases sólidas y duraderas de la justicia y del amor».