EXTRACTO AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO 11 DE SEPTIEMBRE DE 2013:
Entre las imágenes que el Concilio Vaticano II ha elegido para hacernos comprender mejor la naturaleza de la Iglesia, está la de la “madre”: la Iglesia es nuestra madre en la fe, en la vida sobrenatural …¿De qué forma y de qué manera la Iglesia es madre?
…la Iglesia: nos engendra en la fe, a través de la obra del Espíritu Santo que la hace fecunda, como la Virgen María.
…la fe la recibo de los demás, en una familia, en una comunidad que me enseña a decir “yo creo”, “creemos”. …la fe es un don de Dios, que se nos da ‘en’ la Iglesia y ‘por’ la Iglesia. …Si van al Baptisterio de San Juan de Letrán, …dice algo así como: “Aquí nace un pueblo de linaje divino, generado por el Espíritu Santo que fecunda estas aguas, la Iglesia Madre da a luz a sus hijos en estas olas”.
Esto nos dice algo importante: nuestro ser parte de la Iglesia no es algo exterior, formal, no es llenar un papel que nos dan y después… …Es un acto interior y vital, no se pertenece a la Iglesia como se pertenece a una empresa, a un partido o a cualquier otra organización. Los lazos son vitales, así como los que se tienen con nuestra propia mamá. “La Iglesia es verdaderamente la madre de los cristianos” (De moribus Ecclesiae, 1,30,62 – 63: PL 32,1336).
…¿cómo veo yo a la Iglesia? ¿Me siento agradecido a mis padres porque ellos me dieron la vida, me siento agradecido a la Iglesia porque me ha generado en la fe mediante el Bautismo? Pero ¿cuántos cristianos recuerdan la fecha de su bautismo? … es la fecha de nuestro nacimiento en la Iglesia, la fecha en que la Iglesia, nuestra madre nos dio a luz.
¿Amamos a la Iglesia como se ama a nuestra propia mamá, sabiendo incluso comprender sus defectos? …¿la amo, así como a mamá?
Una mamá no se limita a dar la vida, sino que con mucho cuidado ayuda a sus hijos a crecer …una buena mamá ayuda a los hijos a salir de sí mismos, a no quedarse cómodamente bajo las alas maternas, como una cría de pollitos bajo las alas de la clueca.
La Iglesia, como una buena madre hace lo mismo: acompaña nuestro crecimiento transmitiendo la Palabra de Dios, que es una luz que nos muestra el camino de la vida cristiana, administrando los Sacramentos. Nos alimenta con la Eucaristía, nos brinda el perdón de Dios a través del Sacramento de la Penitencia, nos sostiene en los momentos de enfermedad con la Unción de los Enfermos. La Iglesia nos acompaña a lo largo de nuestra vida de fe, a lo largo de toda nuestra vida cristiana.
¿cuál es la relación que tengo con la Iglesia? ¿La siento como una madre que me ayuda a crecer como cristiano? ¿Participo en la vida de la Iglesia, me siento parte de ella? ¿Mi relación es una relación formal o es vital?
En los primeros siglos de la Iglesia, era muy clara una realidad: la Iglesia, al tiempo que es madre de los cristianos y ” hace ” cristianos, está “hecha” por ellos. La Iglesia no es algo diferente de nosotros mismos, sino que debe ser vista como la totalidad de los creyentes, como el “nosotros” de los cristianos: yo, tú, todos somos parte de la Iglesia. San Jerónimo escribió: “La Iglesia de Cristo no es otra cosa que las almas de aquellos que creen en Cristo” (Tract. Sal 86: PL 26,1084).
Entonces, la maternidad de la Iglesia la vivimos todos, los pastores y fieles…
¡La Iglesia, somos todos nosotros! ¡Todos! A partir de ese niño recién bautizado que estaba allí, hasta los obispos, el Papa: todos. …todos estamos llamados a colaborar en el nacimiento de la fe de nuevos cristianos, estamos llamados a ser educadores en la fe, a anunciar el Evangelio. …¿qué hago yo para que otros puedan compartir la fe cristiana? ¿Soy fecundo en mi fe o estoy encerrado en mí mismo? …Todos participamos de la maternidad de la Iglesia, todos somos la Iglesia: todos, para que la luz de Cristo llegue a los confines de la tierra.