La experiencia fundamental de Cristo que han tenido los Apóstoles, elegidos y enviados por Jesús, permanece hasta nosotros.

EXTRACTO AUDIENCIA DEL PAPA FRANCISCO 16 DE OCTUBRE 2013

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“La Iglesia es apostólica”.

…Profesar que la Iglesia es apostólica, significa hacer hincapié en la relación constitutiva que esta tiene con los apóstoles. …Un apóstol es una persona que es enviada, y enviada a hacer algo; y los apóstoles fueron escogidos, llamados y enviados por Jesús para continuar su obra; es decir para rezar –esa es la primera tarea de un apóstol–, y segundo, para proclamar el Evangelio.

…Todos nosotros, si queremos ser apóstoles …debemos preguntarnos: ¿rezo por la salvación del mundo? ¿Predico el Evangelio? ¡Esta es la Iglesia Apostólica! Es una relación constitutiva que tenemos con los apóstoles.

…Tres acepciones del adjetivo “apostólica”, tal como se aplica a la Iglesia:

1. La Iglesia es apostólica porque está fundada en la oración y la predicación de los apóstoles, en la autoridad que les fue dada por el mismo Cristo. San Pablo escribe a los cristianos de Éfeso: “Ustedes son conciudadanos de los santos y miembros de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, teniendo como piedra angular al mismo Cristo Jesús” (2, 19-20). Compara, es decir, a los cristianos con piedras vivas que forman un edificio que es la Iglesia, y este edificio está fundado sobre los apóstoles, como columnas, y la piedra que sostiene todo es Jesús mismo.

¡Sin Jesús no puede existir la Iglesia! ¡Jesús es la base misma de la Iglesia, el fundamento! Los apóstoles vivieron con Jesús, escucharon sus palabras, compartieron su vida, sobre todo han sido testigos de su muerte y resurrección. Nuestra fe, la Iglesia que Cristo quiso, no se basa en una idea, no se funda en una filosofía, se fundamenta en el mismo Cristo. …la experiencia fundamental de Cristo que han tenido los Apóstoles, elegidos y enviados por Jesús, permanece hasta nosotros.

2. …La Iglesia es apostólica porque «conserva y transmite, con la ayuda del Espíritu Santo que habita en ella, la enseñanza, el buen depósito, las palabras sanas oídas a los apóstoles» (n. 857). La Iglesia conserva a través de los siglos este precioso tesoro, que es la Sagrada Escritura, la doctrina, los sacramentos, el ministerio de los pastores, para que podamos ser fieles a Cristo y participar de su vida misma. Es como un río que fluye en la historia, se desarrolla, irriga, pero el agua que fluye es siempre la que comienza desde la fuente, y la fuente es el propio Cristo: Él ha resucitado, Él es el Viviente, y sus palabras no pasan, porque Él no pasa, Él está vivo, Él está con nosotros hoy aquí, Él nos oye y nosotros hablamos con él y Él nos escucha, está en nuestro corazón.

3. …La Iglesia es apostólica porque es enviada a llevar el Evangelio a todo el mundo. Continúa en el camino de la historia la misma misión que Jesús confió a los apóstoles: «Vayan, pues, y hagan discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a observar todo cuanto les he mandado. Y he aquí que yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo» (Mt. 28,19-20).

…Una vez más debemos preguntarnos: ¿somos misioneros con nuestras palabras, pero sobre todo con nuestra vida cristiana, a través de nuestro testimonio? ¿O somos cristianos encerrados en nuestro corazón y en nuestras iglesias, cristianos de sacristía?

…La Iglesia tiene sus raíces en la enseñanza de los apóstoles, verdaderos testigos de Cristo, pero mira hacia el futuro, tiene la firme conciencia de ser enviada –enviada por Jesucristo–, de ser misionera, llevando el nombre de Jesús a través de la oración, el anuncio y el testimonio. Una Iglesia que se cierra sobre sí misma y en el pasado, una Iglesia que ve solo las pequeñas reglas de hábitos, de actitudes, es una Iglesia que traiciona a su propia identidad.

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