Oración del martes
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor Jesús, vengo a tu encuentro en esta oración pues reconozco que tengo hambre y sed de Ti. Te pido que avives en mi interior este deseo de estar en comunión contigo para que en todo lo que haga busque siempre tu Rostro.
Acto penitencial
Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día.
Buen Señor, sé que soy débil y pecador. Sé que muchas veces he intentado saciar mi hambre de vida eterna con realidades pasajeras. Te pido que me perdones y confío que con la Fuerza de tu Espíritu pueda luchar contra el pecado en mi corazón.
Lectura Bíblica según el Evangelio del día: “Yo soy el pan de la vida.” Jn 6, 30-35
«Ellos entonces le dijeron: «¿Qué señal haces para que viéndola creamos en ti? ¿Qué obra realizas? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, según está escrito: Pan del cielo les dio a comer.» Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: No fue Moisés quien os dio el pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo.» Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan.» Les dijo Jesús: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed.
Lectura espiritual breve
Lee con atención la siguiente reflexión que te ayudará a profundizar el evangelio:
Como primer signo de amor, Jesús nos ha dado su carne como comida, su sangre como bebida. Es una cosa inaudita que exige de nosotros admiración y estupor. Lo propio del amor es dar siempre y recibir siempre. Ahora bien, el amor de Jesús es a la vez pródigo y ávido. Todo lo que tiene, todo lo que es, lo da. Todo lo que tenemos, todo lo que somos, él lo asume. Tiene un hambre infinita…
Cuanto más nuestro amor le deja actuar, más ampliamente gustaremos de él. Tiene un hambre inmensa, insaciable. Sabe bien que somos pobres, pero no lo tiene en cuenta. Se hace pan él mismo dentro de nosotros, haciendo desaparecer primero, por su amor, vicios, faltas y pecados. Luego, cuando nos ve purificados, llega, ávido, para asumir nuestra vida y cambiarla en la suya, la nuestra llena de pecados, la suya llena de gracia y de gloria, preparada para nosotros, con tal de que renunciemos…Todos los que aman, me comprenderán. Nos da a experimentar un hambre y una sed eternas.
A esta hambre, a esta sed nos da en alimento su cuerpo y su sangre. Cuando los recibimos con devoción interior, su sangre llena de calor y de gloria corre desde Dios hasta nuestras venas. El fuego prende en el fondo de nosotros y el gusto espiritual nos penetra el alma y el cuerpo, el gusto y el deseo. Nos hace semejantes a sus virtudes: él vive en nosotros y nosotros en él. (Beato Juan van Ruysbroeck)
Breve meditación personal
Haz silencio en tu interior y pregúntate:
1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?
2.- ¿Cómo ilumina mi vida?
3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?
Acción de gracias y peticiones personales
Gracias Señor pues me ayudas a reconocer que tengo hambre del Pan verdadero que baja del Cielo, y te pido que siempre en mi vida busque saciar mi hambre y sed de infinito en el encuentro personal contigo.
Amén
Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones.
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Consagración a María
Pidámosle a María que nos acompañe siempre:
Reina del Cielo, alégrate, aleluya,
porque el Señor, a quien llevaste en tu seno, aleluya,
ha resucitado, según su palabra, aleluya.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.