Seguimos con la segunda estrofa de la Secuencia de Pentecostés:
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
La obra de Colleen Shay que verá a continuación nos acerca a la figura de la brisa, de la paz y serenidad de la que el Espíritu inunda el alma en la que habita.

«El fruto del Espíritu es: caridad, gozo, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fe» (Carta de San Pablo a los Gálatas 5,23).