Miremos a nuestra Madre en estos días santos y aprendamos de Ella a vivir y celebrar con reverencia los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús:
«Nos dirigimos en oración a María, para que nos ayude a vivir con intensa fe la Semana Santa. También María exultó en el espíritu cuando Jesús hizo su entrada en Jerusalén, cumpliendo las profecías; pero su corazón, como el de su Hijo, estaba preparado para el sacrificio. Aprendamos de Ella, Virgen fiel, a seguir al Señor también cuando el camino lleva a la cruz; [aprendamos] a seguir a Jesús con fe amorosa por el camino del Calvario, que lleva a la alegría de la Resurrección» (Benedicto XVI).