Oración del lunes: “¡A vino nuevo, odres nuevos!”

Oración del lunes

“¡A vino nuevo, odres nuevos!”

Jesús y los fariseos

+  En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Señor Jesús, Tú te has hecho hombre para salvarnos. Ayúdame a disponerme interiormente para escuchar tu Palabra y hacerla vida en mí.

Acto penitencial

– (Hago en silencio un breve examen de conciencia de mi último día).

Señor, reconozco con dolor de corazón que he faltado contra Ti. Yo sé que Tú me amas y quieres lo mejor para mí, pero a pesar de ello, muchas veces vivo como si no lo supiese. Te pido que me veas con misericordia, y me des la coherencia para no faltar más contra Ti.

Lectura Bíblica según el Evangelio del día: “Es natural que no ayunen, mientras tienen consigo al esposo” San Marcos 2,18-22.

Un día en que los discípulos de Juan y los fariseos ayunaban, fueron a decirle a Jesús: “¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacen los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos?”. Jesús les respondió: “¿Acaso los amigos del esposo pueden ayunar cuando el esposo está con ellos? Es natural que no ayunen, mientras tienen consigo al esposo. Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. Nadie usa un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo, porque el pedazo añadido tira del vestido viejo y la rotura se hace más grande. Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres, y ya no servirán más ni el vino ni los odres. ¡A vino nuevo, odres nuevos!”. De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia: porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único, que está en el seno del Padre.

Lectura espiritual breve

Esta meditación te ayuda a interiorizar el Evangelio:

«”¿Por qué nosotros ayunamos, y tus discípulos no?” ¿Por qué? Porque para vosotros el ayuno es un asunto de ley. No es un don espontáneo. El ayuno en sí mismo no tiene valor; lo que cuenta es el deseo del que ayuna. ¿Qué provecho pensáis sacar de vuestro ayuno, si ayunáis contrariados y forzados por una ley? El ayuno es un arado maravilloso para labrar el campo de la santidad. Pero los discípulos de Cristo están situados de lleno en el corazón del campo ya maduro de la santidad; comen el pan de la cosecha nueva. ¿Cómo se verían obligados a practicar ayunos que ya son caducados?  “¿Pueden, acaso, ayunar los amigos del Esposo mientras el Esposo está con ellos?”

Asimismo, dice Jesús, ” nadie cose una pieza de la sábana nueva en un traje viejo”. Esta sábana nueva, es el tejido del Evangelio, que está tejido con el vellón del Cordero de Dios: un vestido real que la sangre de la Pasión pronto teñirá de púrpura. ¿Cómo aceptaría Cristo unir esta sábana nueva con la antigua del legalismo de Israel?… De la misma manera, “nadie pone vino nuevo en odres viejos, sino el vino nuevo se pone en odres totalmente nuevos”. Estos odres nuevos, son los cristianos. Es el ayuno de Cristo el que va a purificar estos odres de toda mancha, para que guarden intacto el sabor del vino nuevo. El cristiano se convierte así en odre nuevo preparado para recibir el vino nuevo, el vino de las bodas del Hijo, pisado en la prensa de la cruz» (San Pedro Crisólogo).

 Breve meditación personal

– (Haz silencio en tu interior y pregúntate:)

1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?

2.- ¿Cómo ilumina mi vida?

3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?

4.- ¿Qué me falta para ser más como Él?

Acción de gracias y peticiones personales

Buen Señor, Tú que te hiciste cercano a nosotros y nos trajiste la salvación. Te pido Señor que me ayudes a preparar mi interior para ser ese odre nuevo, donde habitarás Tú, el auténtico Vino Nuevo. Ayúdame a ser coherente con tus enseñanzas, viviendo con autenticidad el mandamiento nuevo del amor, no como un cumplimiento superficial y externo, sino amando al prójimo con todo lo que soy.

– (Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones).

 – Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…

Consagración a María

–  Pidámosle a María que nos acompañe siempre:

Bajo tu amparo nos acogemos,
Santa Madre de Dios;
no deseches las oraciones
que te dirigimos
en nuestras necesidades,
antes bien
líbranos de todo peligro,
¡oh Virgen gloriosa y bendita!
Amén.

+  En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

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